Así, el lunes 20 de abril de 2020 será archivado como otro “lunes negro” en la ya nutrida lista de lunes negros en la historia de las finanzas y de la economía: “el lunes negro del petróleo”. En dicha fecha, el crudo de referencia en Estados Unidos, el West Texas (WTI), cotizaba en negativo por primera vez en su historia a -35,8 dólares por barril; es decir, el productor de crudo pagaba dinero al comprador, una anomalía jamás antes vista, causada fundamentalmente por el llamado efecto “contango”.
Los contratos de futuro del crudo con entrega en mayo expiraban al día siguiente y no existía, literalmente, espacio físico suficiente para almacenar el petróleo, a lo que se sumaban las reservas ya almacenadas y las perspectivas de que el desplome en la demanda continuara limitando el consumo de crudo. Una situación que sólo encuentra una explicación “lógica” en el marasmo provocado por la pandemia en todos los ámbitos.
Por su parte, el petróleo Brent, referencia europea del mercado del crudo, cayó en la mañana del el miércoles al nivel más bajo en casi 21 años, desplomándose un 15% hasta alcanzar un mínimo de 15,98 dólares por barril.
Contango
Uno de los principales factores que influyó el pasado “lunes negro” fue el efecto “contango”. Así, el contrato con la fecha de entrega más próxima era el de mayo, que expiraba al día siguiente, siendo el contrato referencial para el crudo WTI. Los operadores que tenían dichos contratos se encontraban cerrando sus posiciones, ya que de lo contrario tendrían que aceptar la entrega física del petróleo o cambiarse al siguiente contrato, que cotizaba por encima del actual, por lo que tendrían que pagar para continuar sus contratos.
Acumulación de reservas
La premisa del contango es que el valor del producto hoy es menor que el que tendrá en el futuro, lo que explicaría la diferencia entre las cotizaciones del contrato de mayo y el de junio. De este modo el contango se produce cuando el precio spot es menor que los precios futuros. Por ello, el que no existiera suficiente espacio de almacenamiento fue en gran medida lo que causó que los operadores cerraran sus posiciones.
La caída en la demanda mundial de petróleo provocada por la pandemia, especialmente en el sector del transporte, se ha visto agravada además por un shock de suministro debido al fin de las restricciones a la producción de los productores de la OPEP y Rusia (OPEP +).
Con la mitad de los habitantes del planeta confinados, el petróleo no tiene quien le compre y no encuentra la respuesta de los consumidores, al tiempo que la acelerada acumulación de reservas de petróleo satura la capacidad de almacenamiento disponible, lo que empuja aún más los precios.
Caída de la demanda
Según el Grupo CLH, que gestiona la mayor red de productos refinados de Europa y ocupa la segunda posición a nivel europeo por volumen de capacidad de almacenamiento y la séptima a nivel mundial, en la semana del 13 al 19 de abril, las salidas de productos petrolíferos desde sus instalaciones al mercado español se situaron en el caso de las gasolinas un 81% por debajo de la misma semana del año anterior y las de Gasóleo A un 55%. Por su parte, las salidas de carburantes de aviación representaron una bajada del 93%.
Uno de los factores que influyó en el pasado “lunes negro” del petróleo fue el llamado efecto “contango”, que se produce cuando el precio spot es menor que los precios futuros, junto a la falta de espacio de almacenamiento
EL DATO
-35,8 $/bEl crudo de referencia en EE.UU., el West Texas (WTI), cotizó el lunes en negativo por primera vez a -35,8 $ por barril, mientras que el Brent, de referencia en Europa, lo hizo el miércoles a 15,98 $, el nivel más bajo desde 1999.
Flota petrolera como almacénDesde el inicio de la crisis sanitaria, las refinerías están procesando mucho menos cantidad de crudo de lo habitual, por lo que cientos de millones de barriles permanecen almacenadas en instalaciones de todo el mundo. Ante la escasez de capacidad en dichas instalaciones, los operadores petrolíferos han contratado buques para anclarlos y llenarlos con los excedentes. Así, según Lloyd’s List Intelligence, se estima que una cifra récord de 160 millones de barriles están utilizando actualmente la capacidad de los tanques de los buques petroleros en todo el mundo.
El efecto contango en los mercados petrolíferos, que se produce cuando el precio futuro es más alto que el precio spot, está haciendo más rentable que nunca el negocio del almacenamiento flotante. Por ello, ante el desplome del consumo de petróleo, la demanda de grandes petroleros y de buques cisterna suezmax para el almacenamiento flotante de crudo se ha disparado desde la irrupción del Covid-19.
Según CLH, las ventas de gasóleo, gasolina y fuelóleo utilizado en transporte descendieron la pasada semana en España un 55%, 81% y 93%, respectivamente, con respecto al mismo periodo de 2019
Cálculos realizados según datos del informe PWC “Radiografía del Sector Petrolero en España” Fuente: Boletín Petrolero de la UE y cotizaciones internacionales, media julio 2019. Cotización del barril y precio del combustibleUna de las dudas más frecuentes entre los consumidores es por qué el precio de los combustibles no varía en la misma proporción que el precio del crudo Brent, en el caso del mercado europeo. Como señala la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP), que representa los intereses compartidos de las compañías dedicadas al refino del petróleo y a la distribución de los productos finales, “en realidad el precio de la gasolina o el gasóleo/diésel en España no tiene relación directa con la cotización del barril de petróleo”.
Según la AOP “el precio final depende de las cotizaciones de la gasolina y el gasóleo en los mercados al por mayor de referencia (Mediterráneo y Norte de Europa en el caso español) y como estos mercados se mueven en dólares, el tipo de cambio euro/dólar también es un factor significativo”.
Además, las cotizaciones internacionales son sólo una parte del precio del surtidor. Hay gastos que prácticamente no varían, entre ellos los costes de producción, distribución y comercialización, donde se incluyen los márgenes del mayorista y el minorista.
El precio, apunta la AOP, también se ve afectado por los impuestos y otros costes asociados, como el mantenimiento de las reservas estratégicas y la aportación al Fondo Nacional de Eficiencia Energética. En España, los combustibles líquidos derivados del petróleo están gravados con dos impuestos: el IVA y el Impuesto Especial de los Hidrocarburos (IEH).