¿Cuál diría que es la situación actual de las empresas cargadoras hoy, tras la pandemia?
La situación es, en general, mucho mejor que la del año 2020, pues la economía va recuperando los niveles previos a la pandemia y en algunos sectores, incluso, ya mejorándolos.
En el transporte, la situación es bastante dispar: los indicadores sobre el transporte terrestre muestran muy buenas cifras de actividad. También el sector aéreo continúa su recuperación, si bien algo más lento.
Por último, se mantienen las fuertes turbulencias en el transporte marítimo, por un lado, el precio de los fletes se mantiene en máximos históricos y, por otro, seguimos sufriendo la falta de disponibilidad buques y contenedores y la continua cancelación de rutas, lo que hace imposible que podamos asegurar un flujo constante de las mercancías. Esto afecta especialmente a aquellas empresas que manejan mercancías que han de ser transportadas en barco. Algunas están ya buscando alternativas, puesto que les resulta muy difícil afrontar el aumento de costes y a veces ven rota su cadena logística. También estamos viendo una traslación de costes hacia el consumidor, lo que puede provocar una peligrosa inflación.
En este sentido, ¿cuál ha sido el impulso del sector?
El sector ha servido para que los países no sufrieran una paralización total durante la pandemia y para evitar desabastecimientos en los momentos más complicados. El impulso ha venido, principalmente, del aumento del e-commerce, durante los momentos de confinamiento, puesto que otros sectores relacionados con la movilidad de las personas se mantuvieron parados.
Una vez que estamos volviendo a la normalidad, vemos que se está recuperando el consumo con fuerza en todos los sectores, lo cual está provocando, lógicamente, que tengamos mucha actividad y que estemos experimentando problemas para dar abasto a toda la demanda.En definitiva, más allá de los bienes de puro consumo, durante los primeros meses de la pandemia, a medida que hemos ido recuperando la normalidad, el impulso viene de un aumento general de la demanda.
¿Cuáles son las cuestiones pendientes para impulsar la recuperación?
En nuestra opinión, hay tres cuestiones pendientes de solución para que la recuperación de nuestro sector se consolide definitivamente.
En primer lugar, es necesario que las autoridades den solución a la situación del transporte por vía marítima, tanto en la cuestión de precios, como en las de condiciones de servicio.
En segundo lugar, la solución a la crisis de los microchips, que está afectando mucho al suministro de determinados bienes.
Y, en tercer lugar, estamos sufriendo el gran problema de las subidas de precios de la energía, tanto la electricidad, como el gas o el petróleo (y, consecuentemente, el combustible), lo cual supone un golpe más para las cuentas de resultados de las empresas que todavía están sufriendo las consecuencias de la pandemia.
¿Qué previsiones tiene el sector para el cierre del ejercicio?
Todos los indicadores económicos prevén que el año 2021 finalice en la misma línea de crecimiento económico y de actividad. Nuestro sector no debería ser una excepción, puesto que es uno de los más permeables a la situación general. La economía a nivel mundial está creciendo y todo indica que seguirá siendo así.
A nivel particular, en el sector del Comercio Exterior, además, tenemos el Black Friday y la campaña de navidad, que siempre suponen un impulso. No obstante, la falta de suministro de microchips, que impide la comercialización de determinada maquinaria, la falta de conductores para mover la mercancía durante esos picos y la falta de contenedores y buques disponibles para mover la mercancía puede suponer un cierto freno, por la falta de suministro.
Por ello, pensamos que, en la medida de lo posible, es esencial tratar de planificar con tiempo las expediciones, con la finalidad de poder adelantarse a esos posibles colapsos, asumiendo que en muchas ocasiones eso es imposible, puesto que se mueve mucha mercancía para el consumidor que compra con plazos muy reducidos.
¿Cuáles son los retos del sector a corto, medio o largo plazo?
A corto plazo, el principal reto es superar las causas actuales de generación de disfuncionalidades en el mercado y los efectos de la pandemia todavía existentes, pues no debemos obviar que China ha sufrido el cierre de algún puerto recientemente y eso siempre provoca desajustes.
A medio y largo plazo, tenemos el enorme reto de la descarbonización y la digitalización del sector. En este sentido, FETEIA-OLTRA está trabajando en el fomento de los documentos de transporte electrónico a través de dos vías. Por una parte, forma parte del Grupo de Trabajo para impulsar el uso de los Documentos Electrónicos de Transporte (DET) y, por otra, está colaborando con la plataforma e-Customs para la emisión del documento FIATA-FBL también en formato electrónico.
Por último, hemos de adaptarnos a los cambios en los patrones de consumo. El consumidor es cada vez más exigente en los tiempos de entrega y en la experiencia de compra. Eso nos obliga a que todos los actores de la cadena de suministro seamos cada vez más eficientes.
“El sector ha servido para que los países no sufrieran una paralización total durante la pandemia y para evitar desabastecimientos en los momentos más complicados”
“El consumidor es cada vez más exigente en los tiempos de entrega y en la experiencia de compra y eso nos obliga a que todos los actores de la cadena de suministro seamos cada vez más eficientes”
¿Cuáles son las preocupaciones que trasladan o trasladarían a la administración pública?
En primer lugar, es necesario que las autoridades competentes asuman, de manera decidida, la necesidad de dar una solución a las graves distorsiones que estamos viviendo en el sector marítimo. Han de establecerse unas reglas justas para todos los jugadores y, en concreto, la revisión del Consortia Block Exemption Regulation.
Otra de las cuestiones esenciales es la necesidad de que el sector reciba fondos suficientes para afrontar los retos de la digitalización y la descarbonización y que la normativa sea neutral para que las diferentes alternativas energéticas compitan.
En el ámbito aduanero, es necesario potenciar la figura del OEA y también tenemos por delante el reto de la implantación de ICS2.
Por último, reiteramos una reivindicación ya histórica, como es la de solicitar mayor unidad de acción entre todas las administraciones que participan en los controles a la importación y/o exportación, en concreto, por parte de las Inspecciones Especiales (Farmacia, Sanidad, Fitosanitario y SOIVRE). Es esencial que actúen de manera conjunta, puesto que la situación actual nos resta mucha competitividad frente a nuestros colegas europeos. Y para ello, es necesario que el departamento de Aduanas e II.EE. pongan en marcha en nuestro país la Ventanilla Única Aduanera, según establece el Código Aduanero de la Unión (CAU).
Tras la pandemia y con la tendencia hacia la recuperación en marcha, ¿cuál diría que es la situación actual de las empresas cargadoras?
Las empresas cargadoras abarcan múltiples sectores de actividad, tanto productivos como de la gran distribución y, dependiendo del sector, el impacto ha sido diferente y también lo está siendo la recuperación.
Los productos de construcción, la tecnología, la química o el textil están teniendo una rápida recuperación que los sitúa ya en valores por encima de los años previos a la pandemia. No sucede lo mismo con aquellos cargadores que fabrican o distribuyen para el canal Horeca que, debido a las restricciones y al mantenimiento del teletrabajo, está todavía funcionando a medio gas. Aunque ahora se ha ralentizado mucho, en el segundo semestre de 2020 y en el primer trimestre de 2021, la exportación de vehículos ha sido clave.
En este sentido, ¿cuál ha sido el sector que ha impulsado a los logísticos?
El impulso ha venido de la mano del incremento de la demanda de bienes y servicios. El mayor tiempo que pasamos los ciudadanos en los hogares ha hecho que se disparen las obras de rehabilitación y reforma que tiran de los productos.