El sector cerámico español se muestra ligeramente esperanzado ante una posible recuperación de la industria, no obstante, el realismo sigue imperando entre los profesionales cerámicos ya que las cifras siguen subrayando el desolador panorama que ha dejado la crisis.
VALENCIA. Y es que el sector sigue soportando una notable ausencia de demanda en los mercados como consecuencia de los vaivenes económicos de los últimos años.
Claramente, la cerámica española ha perdido competitividad respecto a los competidores europeos debido, entre otras cuestiones, a las medidas comerciales implementadas para hacer frente a la crisis energética y equilibrar el hueco dejado por la inexistencia de las ayudas gubernamentales que otros países sí han recibido.
Si en Europa ha sido así, el posicionamiento de España respecto a otros países extracomunitarios ha sufrido en mayor medida ya que las diferencias en las regulaciones gubernamentales han sido bastante superiores.
Las ventas en 2023 disminuyeron un 14,3% en valor y un 19,7% en volumen
Según un informe elaborado por ASCER en base a encuestas internas, la factura energética para el sector español fabricante de baldosas cerámicas en 2023 fue de 1.031 millones de euros para una producción de 394 millones de metros cuadrados, un 21,2% menos que el pasado año. En cuanto a la demanda, las ventas en 2023 disminuyeron un 14,3% en valor y un 19,7% en volumen.
El empleo es el único indicador que revela cierto cambio de tendencia ya que hasta el mes de mayo se han registrado 551 empleos nuevos en la provincia de Castellón. ¿Es suficiente este indicador como para pensar en una recuperación? Definitivamente, no.
Doble mortal
Para explicar la contundencia de esta afirmación es necesario recordar el origen de la crisis del sector cerámico en España, que se fraguó bajo los efectos de un binomio que, si no tuvo consecuencias mortales, sí que dejó a esta industria al borde del abismo.
Por un lado, el aumento de los costes de la energía, disparados por el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, provocó en este sector, tan dependiente del gas natural para sus procesos de producción, un aumento radical de los costes y una erosión de los márgenes de beneficio, lo que a su vez generó parones en la producción e incluso algún que otro cierre.
El empleo es el único indicador que revela cierto cambio de tendencia
Por otra parte, la inflación global y la desaceleración de algunos mercados internacionales hizo disminuir la demanda de productos cerámicos, especialmente en regiones como América del Sur y Europa, donde la construcción también se vio afectada por el aumento de costes y la incertidumbre económica.
En paralelo, la competencia directa de la cerámica española pudo emerger gracias a las ayudas gubernamentales, como es el caso de la industria italiana, o a la laxitud de las regulaciones en otros países no comunitarios.
Optimismo moderado y prudente ante la luz al final del túnel
Pese a que la coyuntura exterior del sector cerámico no invita al optimismo, no son pocas las voces que han mostrado un discurso mucho más positivo respecto a la recuperación.
En el mes de mayo la firma Deloitte presentó los resultados del informe “Situación y perspectivas del sector cerámico”, un documento en el que se vaticinaba un crecimiento de la demanda en los mercados nacional, europeo y estadounidense que iba a ayudar a incrementar el resultado bruto de explotación (EBITDA) en un 13,9% en 2024.
Según el informe, la gestión que el sector ha llevado a cabo sobre los precios de venta y la evolución positiva de determinados costes operativos, fundamentalmente la moderación del precio del gas, han permitido a las compañías del sector mantener los niveles de rentabilidad alcanzados en el ejercicio 2022. No obstante, los precios del gas pagados por el sector en 2023 han seguido penalizando su rentabilidad con un exceso de coste superior a los 400 millones de euros.
Para justificar ese crecimiento, el informe destaca, entre otras cuestiones, que durante el 2023 el clúster cerámico pagó el gas 403 millones de euros por encima de los precios de mercado a causa de los contratos formalizados fundamentalmente en 2022. Una situación que esperan que se revierta durante este ejercicio una vez finalizados los compromisos de compra de gas adquiridos.
Estrategias de recuperación
¿Cuándo y cómo esperar la recuperación? Pese a la dificultad de la coyuntura, los expertos auguran una estabilización de la situación energética en los próximos años, acompañada por un crecimiento de la demanda.
Además, como se trata de cambios tan dependientes de imponderables, es necesario que el sector emprenda iniciativas encaminadas a apoyar esa recuperación.
Una de las estrategias pasa por la diversificación de las fuentes energéticas. De hecho, algunas empresas del sector ya están invirtiendo en la transición hacia fuentes más sostenibles. La realidad es que este movimiento requiere importantes desembolsos económicos para un sector que, precisamente, no está para grandes dispendios.
Por otro lado, las empresas cerámicas españolas deben seguir trabajando en la línea de mejorar la calidad e innovación de productos (nuevos diseños, grandes formatos, cerámicas inteligentes, etc.) para diferenciarse en el mercado global y justificar precios más altos.