El contexto actual es uno de los más complejos e inciertos. Así lo asegura el sector transitario que, a la crisis provocada por la pandemia de la COVID-19 y a las relativas consecuencias en la logística, añade ahora la crisis en Europa motivada por el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania y que está provocando inflación y subida de precios que, sin duda, tiene un enorme efecto en el sector logístico, recordemos, una industria global que impacta de manera directa en el comercio a nivel mundial.
“El transitario siempre ha sido una figura clave dentro del comercio internacional, pero en la situación actual todavía adquiere un mayor peso específico, se ha convertido en el aliado imprescindible para aportar soluciones de calidad flexibles a la necesidad del momento”, explica María José Muñoz, directora de Garantía de Calidad de Airpharm.
Coincidiendo con sus palabras, Emili Sanz, presidente de ATEIA-OLTRA Barcelona, asegura que el transitario “tiene la imaginación y los recursos suficientes para salir del paso de forma airosa, tal y como se ha demostrado tantas y tantas veces en el pasado”. Sin embargo, para Sanz, cualquier colectivo debe estar regido con unas normas igualitarias, algo que, según afirma, no puede decirse que suceda en el negocio marítimo portuario debido al Consortia Block Exemption Regulation (BER), una “generosa” regulación para las navieras donde estas “entran en prácticas que derivan en un fuerte incremento de sus beneficios mientras que la calidad de sus servicios queda en entredicho”, explica. Por ello, ya son varias las entidades que han solicitado, reiteradamente, la reversión “inmediata” de esta norma, ya sea con una modificación o una revocación.
Por su parte, Joan Balastegui, director de Blinter Cargo, también destaca la complejidad de la situación actual “por la falta de equipos que ofrecen las navieras y los costes excesivamente altos que aplican”.
En definitiva, los últimos años han supuesto una serie de “catastróficas desdichas”, como el cierre de puertos chinos debido a la pandemia, el incidente del Canal de Suez y la guerra de Ucrania, con todas las consecuencias que conlleva y que presenta “una situación compleja que ha frenado la esperada regulación a la baja en los fletes, persistiendo una combinación de flete elevado y falta de espacio en los buques”, apunta Ainhoa Carrió, directora de e2e Logistics.
Con todo ello, Jaume Altisent, presidente del Club del Transitario Marítimo (CTM), destaca el “momento dulce” a nivel económico, pero “tremendamente amargo en los flujos de trabajo, que se han vuelto imprecisos por la gran complejidad en que se ha convertido nuestro trabajo”.
Cuando se realiza una solicitud de envío, el transitario inicia un análisis y estudio del mejor modo de transportar dicha mercancía, teniendo en cuenta las ventajas e inconvenientes, así como el tipo de producto y sus exigencias para, de este modo, recomendar la ruta más eficiente. “Este hecho aporta un valor añadido fundamental para la cadena de suministro del exportador y/o importador”, indica María José Muñoz.
BER: Época “infernal”
Una de las principales reclamaciones que abordan las asociaciones transitarias a nivel internacional es la modificación a fondo o la derogación del BER.
“Con el proyecto Consortia estamos viviendo una época infernal”, asegura Jaume Altisent, quien denuncia la “poca credibilidad” que ofrecen algunas navieras a raíz de los blank sailings, los roll over, la falta de equipos o el incumplimiento de horarios de carga y/o descarga, a lo que se añade su “posición de domino y prepotencia”.
Los transitarios reivindican su papel clave en una cadena de valor que necesita la máxima tensión para garantizar un servicio eficiente. Una parte importante de esta cadena es el transporte marítimo, donde, para Emili Sanz, “nuestro mayor reto a corto plazo es conseguir que las navieras dejen de considerar a nuestro colectivo como el enemigo a batir y vuelvan a considerarnos lo que siempre hemos sido para ellos: su más fiel cliente durante décadas”.
“Exigimos un mayor reconocimiento público y jurídico de nuestra labor como coordinadores de transporte internacional y, especialmente en el sector marítimo”, reclama el presidente del CTM. Un reconocimiento que se basa en la “necesidad “de los importadores y exportadores. “Las leyes nos tienen olvidados y, por falta de definición legal de la figura, ni si quiera contemplan los problemas que sufrimos”, lamenta Altisent.
Del mismo modo, el presidente de ATEIA Barcelona también reclama “más divulgación” de la actividad y funciones del transitario en el transporte. “Valga decir que, en la última modificación de la LOTT, el transitario aparece en contadísimas ocasiones y generalmente en apartados que hacen referencia a sanciones por una u otra razón”, asegura Sanz.
Intrusión e incursión
Para Joan Balastegui, uno de los principales problemas, tanto a corto como largo plazo, “es la intrusión de transitarios que no están legalmente autorizados para ejercer esta función”, así como “la continuación incursiones de las navieras creando sus propios transitarios para copar el máximo del negocio del transporte marítimo”.
Esta incursión de las navieras, explica Ainhoa Carrió, “hasta el momento solo sucedía en grandes cuentas, pero actualmente están comprando transitarias para poder ofrecer todo el servicio a todo tipo de clientes”. Otro problema, apunta, es la compra de grandes multinacionales de otras multinacionales, creando grandes grupos a nivel mundial.
Todos estos obstáculos han llevado a una situación que ha provocado que el transitario ofrezca a sus clientes “un servicio al que no hemos estado nunca acostumbrados”, afirma la directora de e2e Logistics. “Ahora todo es carísimo y el servicio que estamos recibiendo por parte de navieras, Cias, o compañías aéreas o de transporte no es el buen servicio y de calidad que ofrecíamos a nuestros clientes”, lamenta. La escasez de equipos y espacio y la subida de los fletes se ha convertido en “lo habitual”, un panorama donde el cliente ha tenido que asumirlo “sin poder hacer nada”.
El transitario es un sector “muy atomizado”, formado, aclara Emili Sanz, mayoritariamente por pequeñas y medianas empresas, “lo cual no deja de ser una desventaja en el mundo globalizado que estamos viviendo en la actualidad”. En los dos o tres últimos años, prosigue el presidente de ATEIA Barcelona, “ha habido algunos pasos y acciones que sugieren que alguna cosa podría estar cambiando, como podría ser la compra y/o absorción de empresas transitarias generalmente siempre en el mismo sentido, es decir, transitaria extranjera compra a transitaria española”.
Una forma de afrontar esta situación, según el director de Blinter Cargo, es ofrecer “un servicio excepcional de atención al cliente y especializarse en unos servicios concretos, no queriendo imitar a las multinacionales ni a los transitarios de las navieras, que ofrecen todo el mundo”.
Retos
Por otro lado, entre los retos que enumera el sector, destaca la digitalización a nivel global, la cual se ha visto acelerada, a pesar de que todavía queda mucho camino por recorrer. De hecho, María José Muñoz explica que una de las dificultades con las que se ha encontrado el transitario estos últimos años ha sido el disponer de información en tiempo real. “Ante continuas cancelaciones y cambios en los transportes, necesitábamos poder informar a nuestros clientes con la inmediatez que nos estaban demandando”, asegura.
El sector logístico en general está sumergido en una transformación digital y tecnológica, teniendo en cuenta la diferencia entre digitalizar procesos y automatizar otros. Como ejemplo, Muñoz destaca el desarrollo de plataformas para el seguimiento de la trazabilidad de los envíos marítimos como es la CTA (Container Tracking aplication) y que ofrece también avisos sobre incidencias operativas. Otras iniciativas que se están poniendo en marcha es el uso de medios de monitorización de temperatura y localización por geolocalización, generando alarmas a tiempo real en caso de desviación de temperatura.
Por otra parte, otro reto para abordar es la formación, pilar fundamental para potenciar e incrementar la profesionalización que el sector demanda y, con ello, la retención y promoción de nuevos talentos.
Asimismo, desde el punto de vista de María José Muñoz, existe otro gran reto en el mundo del transporte. “Se trata de un sector históricamente muy masculino en el que se impone una evolución para avanzar en políticas de igualdad, para dar oportunidad a más mujeres a alcanzar puestos de responsabilidad”, reclama.
A todo ello, se suma, tal como apunta Ainhoa Carrió, directa de e2e Logistics, “la incertidumbre de una economía disruptiva y en permanente cambio que afecta a la demanda de bienes y servicios, y a la propia planificación de recursos”.