Fernando Vitoria
Además de afrontar con firmeza la incertidumbre y los cambios que puedan derivar de la situación sociopolítica, los operadores logísticos vinculados a la cadena de suministro de la industria hortofrutícola se fijan unos retos, básicos pero fundamentales, con los que poder afrontar el año 2023 con ciertas garantías. Electrointensividad, diálogo, rentabilidad o atractivo son las cuatro patas de la mesa sobre la que se apoya el futuro.
Los transportistas, por ejemplo, consideran que uno de los retos fundamentales de 2023 pasa por consolidar los acuerdos alcanzados con la Administración el año anterior, de su puesta en práctica y de estabilizar la relación de los transportistas con sus clientes.
Así lo asegura el secretario general de FROET y CETM Frigoríficos, Manuel Perezcarro, quien además considera que “es necesario que las empresas de transporte se mantengan fuertes y trabajen por hacer cumplir las nuevas reglas de juego”.
Manuel Perezcarro también apunta otro reto fundamental como es la necesidad de encontrar soluciones entre todos los agentes a nivel nacional y europeo ante la escasez de conductores a la que se enfrenta el sector.
Asimismo, recuerda que “siguen pendientes temas muy importantes por negociar como la regulación de la subcontratación, las nuevas masas y dimensiones de los vehículos, así como el calendario para su entrada en vigor o el estudio de los tiempos de espera para la carga y descarga que se está realizando para detectar aquellos centros logísticos, de distribución o fabriles donde dichos tiempos son excesivos”.
Por su parte, el presidente de FROET, José María Arnedo, además de recordar las mismas reivindicaciones, apunta que otro de los retos será “acomodar las flotas a la demanda que existe en estos momentos”, así como mantener el diálogo con la administración. “Esto no lo podemos dejar ahí, porque ya se está pensando en cuándo se pueden quitar los 20 céntimos, y no estamos en la posición de que se nos quiten esa subvención”.
Otro de los caballos de batalla a lo largo de 2023 será el relativo al uso de refrigerantes alternativos a los CFCs sin necesidad de rehacer la totalidad de la instalación frigorífica
Rentabilidad y elecrointensividad
En el lado de los almacenistas, el secretario general de ALDEFE, Marcos Badenes, considera que “el principal reto es la rentabilidad”. El incremento de los costes no se ha repercutido en los servicios de frío que se prestan a los clientes, por lo que 2023 debe ser el año “de la alineación de costes y tarifas”. Poco a poco, los contratos van venciendo y se abre una negociación en la que los costes sobrevenidos (sobre todo energía y suministros) están encima de la mesa. “Hay que mejorar esa relación para que las empresas estén saneadas y puedan afrontar el inicio de un ciclo positivo en la mejor de las posiciones para empujar a nuestro sector hacia el cumplimento de las exigentes necesidades de sus clientes”.
Respecto a las reivindicaciones que se lanzan desde ADELFE, Badenes pone encima de la mesa el debate de la “electrointensividad” y la imposibilidad de que un sector como el de almacenamiento frigorífico (que depende al 100% de la energía eléctrica) “apague” su funcionamiento para mejorar los costes tal y como han podido hacer otros sectores.
“A las empresas del almacenamiento frigorífico público ser consideradas electrointensivas les permitiría moderar el impacto de los precios del mercado en el funcionamiento de las cámaras frigoríficas con un mejor ajuste de los costes y un alineamiento con las medidas de eficiencia energética y optimización de costes”, asegura Badenes.
ADELFE defiende la inclusión del sector dentro de los sectores preferentes en ayuda para la eficiencia energética
Asimismo, apunta a que otro de los caballos de batalla a lo largo de 2023 será el relativo al uso de refrigerantes alternativos a los CFCs sin necesidad de rehacer la totalidad de la instalación frigorífica. “Nuestras empresas saben que tienen que cumplir con la norma que elimina esos gases y quieren cumplir como el que más. El problema radica en que para hacerlo técnicamente se puede implementar nuevos gases respetuosos con el medio ambiente que solo necesitan ajustes en la instalación frigorífica y no la sustitución de la totalidad de la misma. Una solución de compromiso para estas situaciones seria lo óptimo para las compañías, para la administración y para los objetivos de protección del medio ambiente y eliminación de gases perjudiciales”.
Finalmente, ADELFE defiende la inclusión del sector dentro de los sectores preferentes en ayuda para la eficiencia energética, la mejora del tratamiento fiscal de las instalaciones frigoríficas tanto a nivel general como a nivel municipal en tasas e impuestos como el IAE. “Son muchos los frentes abiertos, pero confiamos en ir obteniendo respuestas a lo largo de este año. No dejaremos de defender los intereses de las empresas asociadas a ALDEFE y por ende del sector frigorífico que es crítico dentro de la producción agropecuaria de la que nuestro país es líder”, concluye Badenes.
