En el primer caso, en el último año el Puerto de Barcelona ha batido cuatro importantes récords: los que hacen referencia al tráfico total (67,7 millones de toneladas y un incremento del 10%), contenedores (3,42 millones de TEUs y un aumento del 15%), graneles líquidos (15,2 millones de toneladas y un alza del 5,2%) y pasajeros (4,4 millones, un 8,6% más).
En cuanto a los resultados económicos, en 2018 el Puerto de sumó 173,5 millones de euros de importe neto de cifra de negocio, un 4% más que el ejercicio anterior. Los beneficios de la entidad ascendieron a 53,7 millones de euros, creciendo un 8%, mientras el cash flow se situó en 102,5 millones, un 4% más que en 2017.
Menos endeudamiento
Esta capacidad de generación de recursos permite hacer frente a los retos de inversión del Puerto de Barcelona, que para este año ha previsto gastar 109 millones de euros, a la vez que reduce de forma significativa su endeudamiento, que se sitúa por debajo de los 200 millones de euros, concretamente en 196,7 millones, un 30% menos que en el ejercicio anterior, tras realizar una cancelación anticipara de 66,3 millones de euros en 2018.
“Para nosotros –explicó Mercè Conesa durante la presentación de los resultados– 2018 era un año clave para consolidar el salto de escala dado en 2017 –cuando los tráficos crecieron significativamente–. Y en 2019 seguiremos en esta línea”.
La presidenta reconoció, sin embargo, que en graneles sólidos y en vehículos se ha perdido algo de tráfico. En concreto, se movieron 4,2 millones de toneladas de sólidos, que han disminuido un 4,7%, principalmente por el descenso de las exportaciones de cemento, y los automóviles sumaron 810.218 unidades, con un descenso del 3% por aspectos como la nueva normativa europea de homologación de consumos y emisiones, la incerteza respecto al futuro de los vehículos de combustión, que ha hecho reducir las ventas, o el traslado de algunas plantas productoras, explicó Conesa.
Por otro lado, los resultados de 2018 confirman también el impulso de la intermodalidad, con un crecimiento significativo del transporte ferroviario y de las autopistas del mar, “que contribuyen a potenciar la sostenibilidad de las cadenas logísticas que pasan por el Puerto de Barcelona”, aclaran desde el enclave. En este sentido, José Alberto Carbonell explicó con satisfacción que en el caso de las autopistas del mar el año pasado unos 150.000 camiones se trasladaron de la carretera al barco, un modo “mucho más sostenible”.
El tren, imparable
El director general también subrayó que la cuota ferroviaria en transporte de contenedores se ha situado en un 13,3% en el último año, sumando 262.379 TEUs, mientras que la cuota del tren en el transporte de automóviles ha crecido hasta un 36,2%, moviendo 263.900 unidades. “El tráfico ferroviario en el Puerto de Barcelona supone un ahorro anual de 55.200 toneladas de CO2”, precisó José Alberto Carbonell.
En el caso del tráfico de pasajeros, 1,4 millones fueron usuarios de los servicios de ferry que operan en el enclave, creciendo un 2%, y tres millones correspondieron a cruceristas, otro récord batido por el Puerto de Barcelona en 2018. Los cruceristas crecieron un 12%, aunque el mayor incremento se ha registrado en temporada baja, siendo octubre el mes que más pasajeros de crucero han utilizado el puerto.
El director general de la Autoridad Portuaria de Barcelona (APB) realizó una radiografía de los mercados con los que opera el Puerto de Barcelona. En el caso de las exportaciones, la mayor parte del tráfico que se mueve en el enclave, Asia acapara el 41% de las mercancías, destacando el caso de China, que por sí solo supone el 11% de todas las exportaciones del Puerto de Barcelona. América se sitúa en segundo lugar, como receptor del 25% de las exportaciones del Puerto de Barcelona, seguido de África (22%) y Europa (13%).
En cuanto a las importaciones, Asia representa el origen del 73% de las cargas que llegan al puerto, con China liderando el tráfico claramente con el 43%. América es el origen del 10% de las mercancías, Europa del 8% y África, del 5%.