La figura del OEA es una de las más recomendables en nuestro sector, ya que es la marca de calidad internacional que acredita que el papel de las empresas involucradas la cadena de suministro es seguro.
Verificando a su vez que sus controles y procedimientos se ajustan a la normativa aduanera. Permitiendo así garantizar la seguridad de toda la cadena de suministro y construir relaciones de confianza, teniendo como finalidad el reconocimiento mutuo.
El objetivo de los programas de OEA es garantizar unos niveles mínimos de seguridad y facilitar el flujo del comercio internacional, todo ello sin entorpecer el mismo. Haciéndolo posible mediante la creación de alianzas sólidas entre el sector público (Aduana) y privado (empresa).
Dicho esto ¿es realmente práctico y ventajoso ser OEA en nuestro sector?
La realidad es que sí, al menos desde nuestro punto de vista.
Cualquier empresa que esté pensando en prepararse para obtener la certificación OEA debe saber desde el principio que ésta es más que una distinción que colgar en la pared de la oficina a modo de decoración.
Tanto por las ventajas conferidas a la empresa certificada y su utilidad; como en contraparte por el tiempo, esfuerzo y trabajo empleado para su consecución y el mantenimiento del mismo.
Como ya hemos dicho, estar certificado como OEA tiene ciertas ventajas y realmente son aplicables en el día a día de la empresa.
Dichas ventajas son intransferibles, tal y como indica la Agencia Tributaria: “las ventajas que confiere el estatuto de Operador Económico Autorizado se atribuyen, exclusivamente, al titular del certificado” y pueden ser divididas en directas e indirectas.
Las ventajas directas son las obtenidas directamente con la concesión de la figura del OEA y recogidas en el CAU y su Reglamento de Ejecución y Reglamento Delegado.
Mientras que las indirectas son las que, sin estar recogidas en la legislación aduanera de forma explícita, la empresa va a obtener y beneficiarse.
Con respecto a las ventajas directas, en resumen, se trata de mejorar las relaciones con la Aduana y que nos vean como un socio fiable.
Las más ventajosas y que contribuyen a facilitarnos el trabajo diario, podríamos decir que son: reducción en los controles documentales y físicos; tener prioridad en los controles exigidos; despacho exportación/importación centralizado nacional; mayor facilidad para acogerse a procedimientos aduaneros; y menos datos en las declaraciones sumarias.
Entre las ventajas indirectas, podríamos considerar: el aumento de la seguridad en la cadena logística, sobre todo si más de un eslabón goza de este estatus; mejoras tanto en la competitividad como en la reputación de la empresa; y la reducción de los incidentes en materia de protección y seguridad.
Todas estas ventajas hacen que podamos marcar la diferencia, ofreciendo un servicio profesional y de calidad, avalado por la Aduana.
Así como nos hace más fácil el día a día, en un sector que está en constante evolución y no da tregua.