La figura del comisario de averías marítimo (marine & cargo surveyor), siempre ha estado íntimamente ligada al riesgo que supone cualquier tipo de transporte por vía marítima. Ya en los siglos XV y XVI encontramos escritos que obligaban a los buques a viajar con un escribano encargado de controlar y custodiar el libro de carga del buque, con el fin de controlar las cantidades de mercancías que se cargaban, descargaban o perdían por un temporal o incidencia similar.Con el avance tecnológico del transporte marítimo del siglo XIX, la figura comienza a cobrar una especial relevancia en el Reino Unido, donde el campo de actividad del Marine & Cargo Surveyor se extiende también a la evaluación técnica y económica de los daños que sufrían las mercancías. Y es que tal y como recoge Jaime Rodrigo de Larrucea en su "Manual del Comisario de Averías" (Editado por el COMME), un comisario de averías es aquella persona, física o jurídica, que es nombrada por las compañías que operan en el ámbito de la actividad de los transportes, en todos los puertos o puntos de interior, de importancia comercial, a los cuales va destinado el tráfico de mercancías y que se encarga de dar constancia y reconocer el siniestro, así como de inspeccionar y valorar las pérdidas o daños sufridos por la mercancía.Si en sus orígenes la figura de ese escribano se ceñía únicamente al recuento de mercancía por orden del armador del barco, hoy en día las funciones se han extendido más allá del simple recuento de bultos, siendo una figura clave en determinar por qué, cómo y dónde se ha podido averiar una mercancía.Del mismo modo, los entes que pueden requerir los servicios de un comisario de averías se han extendido hasta todas las partes implicadas en un transporte de mercancías. Pero, ¿quién puede necesitar los servicios de un marine & cargo surveyor y por qué?Por todos es sabido que, en la actualidad, son muchas las empresas que toman parte del transporte de una mercancía. Desde el vendedor y comprador de la misma, continuando por todas las empresas de transporte que en un momento u otro toman responsabilidad sobre la carga, tales como empresas transportistas por carretera, transitarios, navieras, fletadores, compañías aéreas, etcétera, o finalizando por otras empresas, tales como estibadores, consignatarios, terminales portuarias, que en algún momento de la cadena del transporte asumen algún tipo de responsabilidad sobre la mercancía que se está transportando.A esta ristra de empresas, hay que sumarle las correspondientes compañías aseguradoras o P&I Clubs contratados por las mismas. Hoy en día no es extraño asistir a una inspección, donde coincidían cuatro, cinco o seis comisarios de averías, todos ellos representando a alguna de las partes que intervienen en el transporte.Que cada una de las partes implicadas en un transporte solicite la presencia de un comisario de averías, atiende al hecho de que cada una de estas empresas comprende la imperiosa necesidad de que un inspector cualificado sea capaz de determinar, de un modo completamente objetivo, las causas y el alcance económico de una incidencia y por consiguiente, que se puedan dirimir las correspondientes responsabilidades.Actuación necesariaLos motivos por los cuales se puede antojar necesaria la actuación de un comisario de averías son principalmente dos: la inspección de mercancías para establecer que las cantidades son correctas y que están siendo manipuladas con la suficiente diligencia y la inspección postsiniestro, encaminada a esclarecer cómo, dónde y cuándo se ha dañado una mercancía. Paralelamente, también se efectúan labores de consultoría técnica, asesoramiento marítimo, peritajes de embarcaciones de recreo, etcétera.En lo que a la inspección de mercancías se refiere, a las habituales inspecciones de calados (draft surveys), de cantidades (tally surveys) o del estado de la mercancía antes, durante y después de una carga o descarga (condition survey), en los últimos tiempos se están multiplicando los requerimientos encaminados a comprobar la correcta estiba y trincaje de las mercancías en el interior de contenedores, especialmente maquinaria y piezas especiales en contenedores tipo flat rack.Si en las inspecciones clásicas (draft surveys, tally surveys, etcétera) los solicitantes son principalmente armadores y fletadores, en las inspecciones de embalaje, estiba y trincaje, a los armadores y fletadores se añaden cargadores, trincadores y transitarios, quienes finalmente han comprendido la importancia de que, de un modo preventivo, todo trabajo de embalaje, estiba y trincaje sea debidamente supervisado, aprobado y certificado por un profesional cualificado.Si, desafortunadamente, en el momento de la entrega de la mercancía (o de cualquier tramo del transporte) se detecta una avería en la misma, las diferentes partes y/o sus compañías aseguradoras, designan cada una de ellas un comisario de averías independiente, para que aplique sus conocimientos en la materia a fin de determinar las causas de la avería. Es lo que popularmente se conoce como peritaje de daños.Obviamente, este tipo de inspección es el que reúne a más inspectores a la vez y es que, cuando una mercancía resulta dañada, es cuando todas las partes toman especial conciencia de las consecuencias que eso les puede acarrear y, por consiguiente, desean estar debidamente representadas.Estas cuatro pinceladas que hemos dado para tratar de introducir la labor del comisario de averías, tienen como objetivo poner especial énfasis en el auge de la actividad del surveyor, que viene de la mano de una mayor profesionalización de un sector especialmente complejo como es el marítimo, cuyos profesionales ven en la figura de este técnico especialista un modo de defender sus intereses, tanto profesionales como económicos, dadas las especiales circunstancias actuales.