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La formación de nuevos talentos, garantía de competitividad del sector

Nadie duda que vivamos en un mundo globalizado, interconectado cultural, social y económicamente. Esta conexión no se podría entender sin el mar y sus puertos. El marítimo es un sector de esencial importancia para seguir viviendo en una sociedad global, una importancia que sin embargo, no llega a percibir el público en general.

  • Última actualización
    28 mayo 2018 00:00

España tiene varios miles de kilómetros de costa y una excelente red de puertos, entre los que destaca el de Valencia, lo que nos convierte en un país a tener muy en cuenta desde el punto de vista estratégico. La crucial importancia del mar a nivel nacional, lo convierte en una fuente de oportunidades profesionales sin igual. Sin duda, podemos afirmar que un amplio porcentaje del futuro profesional en nuestro país y a nivel internacional está vinculado al mar y los océanos. Si el marítimo es un sector con voluntad de absorber a los mejores, es necesario hacerlo atractivo e interesante para los jóvenes. Es obvio que han de incrementarse los esfuerzos para atraer a las generaciones futuras a las profesiones marítimas, conseguir que consideren al sector como profesionalmente estimulante y gratificante. El sector marítimo ocupa un posicionamiento privilegiado en la economía global gracias a su constante evolución y modernización, indispensables para mantener su competitividad. El perfeccionamiento del sector y su adaptación a los nuevos tiempos, no hubiese sido posible sin profesionales específica y altamente cualificados en el ámbito marítimo. El crecimiento del sector hace que el incremento en la demanda de recursos humanos por el mismo comience a ser un hecho. Llegados a este punto deberíamos preguntarnos si se dispone de la capacidad humana necesaria y formada para que el sector siga creciendo. Van a ser necesarios cada vez más novedosos y mejores medios de transporte marítimos, y una excelente gestión de los mismos. Esto únicamente va a ser posible si a los recursos materiales les sumamos los humanos. El sector marítimo del siglo XXI está necesitado de profesionales técnicamente formados. Sin menospreciar la importancia de la praxis en la formación, no se puede prescindir del paso por la academia, por una institución que dote a las personas que aspiren a introducirse en el sector de unos conocimientos que se traduzcan en la mejor de las prácticas. Sumadas a la actitud y aptitud, la teoría y la práctica, son ambas igual de necesarias para alcanzar la excelencia. Si nadie duda de la importancia de las carreras e ingenierías técnicas enfocadas al mar y a la náutica para el desarrollo del sector marítimo, no sería justo olvidar la labor de los navieros y sus gestores, consignatarios, corredores marítimos, o transitarías y profesionales del comercio. Sin su contribución no hubiera sido posible el despegue que a nivel mundial ha experimentado el transporte por mar. El trasporte marítimo se ha convertido en un sector dinámico, gracias muchas veces a la creatividad e innovación de estas gentes. Esta parte del sector va a necesitar en un futuro muy inmediato a profesionales académicamente formados. En este sentido, licenciados o graduado en Derecho, Administración y Dirección de Empresas, o titulaciones afines, con una buena formación adicional, especializada en el ámbito marítimo, pueden pasar a engrosar un sector, cuya capacidad de absorción se va a acrecentar en los próximos años, con unas perspectivas profesionales gratificantes y duraderas.Tanto la gestión económica y comercial, como legal, de la empresa marítima son muy particulares. El Derecho vinculado al mar se considera ya por gran parte de la academia como una rama jurídica autónoma por lo específico de la materia; y si los profesionales de las disciplinas más tradicionales se niegan en desgajar el ámbito marítimo de sus parcelas del ordenamiento, sí que hablan de un Derecho mercantil marítimo, o un Derecho internacional del mar. Los futuros profesionales del sector han de estar familiarizados con las particularidades jurídicas y económicas del sector. Para ello los estudiantes dependen totalmente de las instituciones educativas y formativas, y los programas que estas ofrezcan. El futuro exitoso del mar pasa por la voluntad de la población más joven de sumarse al sector, y por que los centros educativos hagan todo lo posible por procurar a sus alumnos conocimientos actualizados y de vanguardia que poner en práctica. Con una actitud y una formación adecuada el mar puede convertirse en toda una aventura profesional que yo únicamente puedo recomendar emprender.