Si hacemos un zoom hacia nuestra actividad laboral, AECOC, la Asociación de Fabricantes y Distribuidores, se refiriere a la logística 4.0 como la digitalización del entorno logístico para poder optimizarlo. Esta digitalización se lleva a cabo a través de nuevas tecnologías como la visión artificial, la realidad aumentada, la inteligencia artificial, la robótica, los vehículos autónomos o el blockchain, entre otros. El resultado de esas uniones aplicadas a los procesos de transporte nos lleva al concepto de Transporte 4.0, o a cómo la digitalización va a cambiar la movilidad de personas y el transporte de mercancías. Toda revolución va ligada a las personas y no se trata solo de cómo será la digitalización de los procesos que integran la actividad diaria ni de cómo afrontaremos este reto si no, también, de cuáles deberán ser nuestras competencias para desarrollar las actividades laborales.Actualmente la mayor parte de los procesos de planificación se organizan manualmente o basados en un intercambio de información vía telefónica o informática pero ya han entrado en juego los etiquetados inteligentes, el empleo de las TIC, módems GPRS y 3G, RFID, etcétera. Pero este modo de operar en poco tiempo también estará desfasado.Una de las nuevas tecnologías que más intervendrán en nuestra actividad laboral es el Internet of Things (Internet de las Cosas) donde todas las personas, máquinas y servicios están digitalmente conectados e intercambian información con precisión, claridad y transparencia. Pero, ¿estaremos las personas a la altura de las máquinas? ¿Estamos preparados para intercambiar información con otras empresas (almacenes, depósitos de contenedores, transportistas por carretera, ferrocarriles, aduanas, organismos de protección de fronteras, las terminales portuarias, buques, etcétera)?.Según el estudio "Will robots steal our Jobs?", elaborado por la consultora PwC, el 34% de los puestos de trabajo estarán en peligro a partir de 2030 por la automatización del empleo. Del estudio se extrae que la pérdida de trabajo afectará más a los hombres (39%) que a las mujeres (28%) y se notará más en las personas con formación baja (44%) y media (39%). Por sectores, el transporte y la logística y la industria son los más expuestos al impacto de la automatización. Con estos datos sobre la mesa, sumados a la velocidad con la que la tecnología avanza, podemos decir que vivimos abocados a un estado de aprendizaje continuo ya que lo que ayer fue novedad mañana será antiguo.Los stakeholders de la formación tenemos una gran responsabilidad puesto que los programas formativos deben avanzar, a la misma velocidad y en paralelo, para poder enfrentarnos a los nuevos desafíos.En poco más de una década, los perfiles profesionales habrán cambiado por completo y hemos de aplicarnos para que esa generación de trabajadores esté dotada de una serie de herramientas y conocimientos que les capacite poder abordar, de manera óptima, el gran cambio que se avecina.