Muchos son los medios especializados que se han hecho eco del proyecto de reforma del Código Aduanero de la Unión publicado por la Comisión Europea.
Y no es para menos, porque la denominada “Reforma Aduanera” va a suponer una transformación de gran calado en la gestión aduanera que implicará nuevas formas de trabajar y de algún modo va a requerir un cambio de mentalidad por parte de todos los operadores. No en vano, el propio texto normativo indica que esta reforma pretende llevar la Unión Aduanera al siguiente nivel: veremos a dónde nos lleva.
Lo cierto es que la Unión Aduanera ha dado sus frutos, situando a la Unión Europea como potencia comercial a nivel mundial y favoreciendo el comercio entre sus Estados Miembros, pero no es un secreto que el marco regulatorio ha quedado obsoleto y es preciso adaptarlo a las nuevas tendencias y circunstancias que marcan hoy en día el rumbo del comercio internacional.
Total, que los frikis de las aduanas, que por fin habíamos conseguido aprendernos el actual Código Aduanero de la Unión, en vigor hace apenas unos años (aunque todavía no esté implantado en su totalidad), no tendremos más remedio que hacer borrón y cuenta nueva y ponernos a estudiar un nuevo Código. La parte buena es que el cambio se vislumbra bastante gradual porque el calendario de aplicación es muy progresivo.
Uno de los pilares sobre los que pivota la Reforma Aduanera consiste en lograr un marco modernizado para el comercio electrónico. Este artículo pretende ahondar sobre esta cuestión.
Indudablemente el comercio electrónico está en auge. Que levante la mano el que no haya hecho una compra online en los últimos tiempos. Y es que el incontenible crecimiento del comercio electrónico en los últimos años ha originado un número exponencial de pequeños envíos de mercancía de bajo valor que traspasan nuestras fronteras, cada uno de los cuales requiere de una declaración aduanera individual desde la entrada en vigor de las nuevas reglas del IVA para el comercio electrónico en 2021.
Por otro lado, el comercio electrónico es un sector con altos niveles de fraude debido a la actual franquicia arancelaria de la que gozan los bienes valorados en menos de 150 euros. Las estimaciones de la Comisión Europea apuntan a que el 65% de los paquetes que entran en la Unión están deliberadamente infravalorados para beneficiarse de esta franquicia, lo cual supone un gran agujero de recaudación para las arcas de la Unión Europea.
A la vista de los cambios que se avecinan, parece que a muchos se les va a acabar el chollo
Al mismo tiempo, estas reglas del juego suponen una ventaja injusta para los vendedores de terceros países a expensas de las empresas europeas, que tienen dificultades para competir con precios tan bajos.
Este esquema tiene su último eslabón en el consumidor final, que se encuentra con falta de transparencia, un papeleo infumable y a veces sorpresas desagradables en el precio que termina pagando por los productos.
Es preciso por tanto reformar el sistema actual del comercio electrónico, teniendo en cuenta que la actual regulación se ha quedado como decíamos obsoleta e incapaz de contemplar y abordar de manera eficiente los procesos de e-commerce. Pero ¿en qué consiste la Reforma?
En primer lugar, la condición de importador a efectos aduaneros se trasladará a las plataformas que venden en la Unión, las cuales serán responsables de garantizar el pago de los aranceles e IVA, así como del cumplimiento de las formalidades aduaneras requeridas para la introducción de la mercancía en el territorio comunitario. Así no se escapará nadie.
Un elemento clave para que la reforma sea efectiva será la creación del denominado “Customs Data Hub”, que funcionará como soporte e interfaz entre los importadores, exportadores, transportistas y resto de operadores con las Aduanas y otros entes públicos involucrados en la cadena.
Este gran repositorio de información debe de estar ya en marcha en 2028 dado que las plataformas serán el primer sector en registrar sus ventas en el Data Hub.
Por otro lado, la Reforma prevé la creación de la Autoridad Aduanera de la Unión, que manejará una valiosa información en tiempo real para ejercer su control sobre los productos que se venden online desde terceros países a los consumidores de la UE. A partir de ese momento no habrá necesidad de presentar una declaración para cada envío, desapareciendo los DUAs tal y como las conocemos hoy en día.
Y aún más importante si cabe, la franquicia para mercancías valoradas en menos de 150 euros desaparecerá. En cuanto a los tipos arancelarios, para facilitar el pago se prevé un sistema de cálculo de derechos simplificado de cuatro niveles con tipos del 5 % (por ejemplo, juguetes), 8% (p.ej. seda, cerámica), 12% (p.ej. bolsos de cuero, ropa) y 17% (calzado) basado en la clasificación de la mercancía.
A la vista de los cambios que se avecinan, parece que a muchos se les va a acabar el chollo, porque cuando la reforma se implante, además del IVA y otros gravámenes que se devengan en la importación, se pagarán aranceles sobre todo producto vendido online en la Unión Europea, disuadiendo a los vendedores de declarar infravalores y dividir artificialmente los envíos. Seguro que lo agradecerá la tienda del barrio, y también el planeta.
