Todas las asociaciones sectoriales consultadas por Diario del Puerto Publicaciones coinciden en apuntar al contexto de incertidumbre socioeconómica global como el mayor de los retos a los que tendrán que hacer frente durante los últimos meses de 2022 y en 2023. “El principal reto al que se enfrenta el transporte es buscar la rentabilidad de sus operativas en esta situación de tanta incertidumbre económica, ajustando sus recursos para poder continuar operando”, señala la representante de FVET-Puerto, Lorena Ballester.
Además, la inestabilidad global derivada de la guerra en Ucrania repercute en un menor volumen de trabajo, lo que lleva a las asociaciones a solicitar una revisión de precios para 2023 con el fin de compensar el aumento de costes y la inflación.
El coste que más perjudica a este nicho de actividad es el de los combustibles. “2022 ha sido un año malo por la subida del combustible y la no subida de los precios del transporte. Estas pérdidas las han tenido que asumir los transportistas, lo que ha derivado en que muchos profesionales abandonen el sector totalmente arruinados. Aunque ha llegado tarde, ahora tenemos las armas proporcionadas por el MITMA del full del combustible”, recalca el presidente de ATCBA, Diego Piñel.
Por ello, todos los responsables de las principales asociaciones del sector instan a hacer respetar la nueva normativa respecto a la clausula de revisión del precio de combustible, que permite repercutir la variación del mismo sobre sus clientes, así como no trabajar a pérdidas.
“Nuestra principal preocupación es ser capaces de resistir a la bajada de volumen de trabajo que se prevé por el estado actual en que se encuentra la economía global y poder repercutir al cliente el incremento de los costes que nos va a suponer el estado actual de la inflación y del IPC”, concluye el presidente ATEC, Óscar González Garreta.