berlín. Más difícil todavía. Quien alguna vez haya pensado que la logística es coser y cantar, una actividad más entre tantas, o una rutina automática que funciona de forma autónoma, debería acercarse estos días a Berlín a la feria Fruit Logistica para caer en la cuenta de que la manzana, el plátano o la naranja que reposa en el frutero de la cocina de su casa han recorrido un largo viaje hasta llegar a las estanterías de su frutería o supermercado habituales.
La visita a los pabellones, ya repletos de profesionales este miércoles en la primera jornada de Fruit Logistica, permiten recorrer con la vista, a través de sus multicolores stands, la larga y compleja travesía que protagonizan estos productos perecederos desde sus puntos de origen, a menudo exóticos, hasta los puntos de venta.