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LOGÍSTICA · Ecos de la Fiesta de la Logística de Valencia 2024

Las mil anécdotas de las Mil Paellas

Los logísticos pudieron disfrutar de un gran día el pasado viernes. Todos los mil detalles que se necesitaron para que los 11.500 participantes disfrutaran al máximo con las 1.064 paellas se empezaron a concretar el pasado 2 de marzo, sábado.

valencia. El primer paso fue pintar las parcelas y las calles de esa ciudad de la logística y la alegría que surge cada año en la Antigua Estación del Grao. En los días siguientes, decenas de operarios trabajaron en una inmensa y milimétrica coreografía, dirigidos por Rocío Álvarez y Raquel Rocafull, para que todo estuviera listo.

Más de una semana de trabajo de montaje y desmontaje para unas horas de diversión. Para una fiesta como no hay otra en el mundo. Todo para conseguir cada año el logro máximo, que no es que venga la mayor cantidad de logísticos posible, sino que todo salga bien, que no haya incidentes. Calidad siempre mejor que cantidad. Pero claro, a veces, pasan cosas, que hacen que cada edición sea distinta. Única.

$!De izq. a dcha. Miguel Rocafull, Paco Prado y Miguel Pelegrí, algunos de los impulsores de la Fiesta desde sus orígenes.

Este año el elemento diferenciador fue la presencia del ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente y de la alcaldesa de Valencia, María José Catalá. Habíamos llegado, en ocasiones anteriores, a tener en nuestro Jurado hasta secretarios de Estado, pero nunca nos había visitado un ministro ni la máxima autoridad de la ciudad. María José Catalá nos visitó el pasado año, cuando sólo era candidata. Voy a pescar votos, me dijo... y parece que consiguió buena pesca. Este año volvió a ese caladero que le dio tan buena suerte.

Este año el elemento diferenciador fue la presencia del ministro de Transportes, Óscar Puente y de la alcaldesa de Valencia, María José Catalá. Habíamos llegado, en ocasiones anteriores, a tener en nuestro Jurado hasta secretarios de Estado, pero nunca nos había visitado un ministro ni la máxima autoridad de la ciudad

El ministro, en la celebración de nuestro 30 aniversario, me indicó que la terminal norte se desbloquearía “ya” y, efectivamente, unos días después lo hacía público en el cóctel de Navidad de la APV. Ahí le sacamos una nueva promesa: que vendría a la Fiesta de Diario del Puerto y que, además, haría una paella. Nosotros, hasta que no lo vimos doblado en un ángulo de casi 90 grados, removiendo la carne, el garrofó y la tabella, no nos lo acabamos de creer. Pero sí... el ministro hizo la paella. Va a ser que hay políticos con palabra.

Los que estábamos a su lado observando sus evoluciones culinarias teníamos cierto terror a que le añadiera algún trozo de pimiento o longaniza, elementos sacrílegos, ajenos a la ortodoxia de la paella, que hubieran supuesto que el ministro no saliera vivo del recinto. Pero no. Todo muy correcto. Salvo un mínimo ingrediente añadido, que no podemos desvelar porque si lo hago tendría que matar a todos y cada uno de los lectores para guardar el secreto. ¿Que si le salió buena? ¿La verdad? Muy buena. No me pregunten cómo fue eso, pero la paella del ministro estaba muy buena.

$!Un castillo de fuegos artificiales puso la guinda final a la Fiesta

No nos lo puso fácil el ministro en eso de quitarnos tensión. Por la mañana, en el Encuentro organizado por la Ser, Oscar Puente había desempolvado cierta polémica con la alcaldesa. Pensando nosotros que luego tendrían que compartir mesa y mantel, manteníamos la esperanza de que la sangre no llegara al río. Así fue: diálogo, personal y político, al más alto nivel de concordia. Conversaciones provechosas, constructivas, sobre temas de interés común. Un gusto. Y eso que, en el paseo que dieron por el recinto, les ofrecí que fueran uno por la calle de la izquierda y otros por la de la derecha. Fuimos todos juntos.

Lo de la derecha, la izquierda, las puertas y todo eso, tuvo también su importancia.

$!El pasado viernes a primera hora estaba todo listo para recibir a los 11.5000 logísticos.

En la recepción del ministro, me llevé a una de las charangas conmigo, por si les apetecía entrar ya con ritmo festero. La charanga formada, nosotros también. Llega el coche. Todos a un lado del coche y el ministro saliendo por el otro. Así son los problemas del directo.

Con la alcaldesa fue peor. Llegó después de la mascletá. De nuevo repetimos la coreografía de charanga y receptores. Todos preparados en el parking de autoridades... cuando nos avisan de que la alcaldesa había llegado ya... a la entrada principal. A paso legionario, charanga y nosotros, acordándonos de Berlanga, conseguimos interceptarla a tiempo y entrar juntos a la carpa, al ritmo del himno de Valencia.

$!El pasado lunes, parecía que nada hubiera sucedido.

Al final, a las ocho de la tarde, como cada año, disparamos nuestro pequeño castillo de fuegos artificiales y sonó la última canción. Llegó el “momento walking dead”: todos hacia la salida, despacio... alguno caminando más malamente que un moro mojado en alquitrán.

Desmontaje

El pasado domingo, por la tarde, aún se oía a los operarios desmontar las últimas carpas y vuelvo a dar gracias porque no hubiera problemas mayores. La dotación de bomberos, las dos ambulancias y el mini hospital de campaña que montamos tan solo se encargaron de un esguince, algún golpe menor y algunos excesos etílicos, que hay quien con pisar una goma de gaseosa ya se pone carismático.

También hubo otros momentos únicos, como juntarnos los pocos que quedamos al pie del cañón desde los orígenes de todo esto: como Miguel Pelegrí, Miguel Rocafull o José Luis Monterde. Qué jóvenes... éramos.

Gracias a todos.

El 7 de marzo de 2025, más y mucho mejor.

Nos vemos en Las Mil Paellas.

$!El montaje se empezó el 2 de marzo, repasando la pintura de las parcelas.