BARCELONA. Lidl ha mantenido un firme compromiso con la seguridad alimentaria, exigiendo los más altos estándares a todos sus proveedores para asegurar que los productos conservan las mejores condiciones desde el fabricante hasta el cliente final. Para ello, la compañía realiza exhaustivos controles a lo largo de toda la cadena de suministro a través de organismos independientes y acreditados.
En esta línea, sus productos y su modelo de producción sostenible están avalados por homologaciones de calidad reconocidas a nivel internacional, como el sistema de gestión de la calidad ISO 9001:2015 y las certificaciones IFS Food (International Featured Standards Food) y BRC (British Retail Consortium), que son exigidas a sus proveedores. Además de estas revisiones minuciosas por parte de Lidl, las autoridades y los servicios sanitarios también llevan a cabo controles rigurosos de todos sus proveedores, garantizando así el cumplimiento de todos los requisitos de la legislación vigente.
Lidl ha interpuesto una demanda judicial contra la organización activista OBA tras ser objeto de reiteradas acusaciones difamatorias. En los últimos meses, el OBA ha promovido campañas de desinformación que no solo carecen de base científica, sino que también afectan directamente al honor y la reputación de la compañía.
Estas afirmaciones falsas o ‘bulos’, han generado una percepción errónea sobre la seguridad alimentaria en el sector, induciendo a los consumidores a una sensación de inseguridad que no se corresponde con la realidad de un sector altamente regulado.
En los últimos años, el sector alimentario ha enfrentado una creciente ola de desinformación, caracterizada por noticias fuera de contexto, titulares alarmistas y alertas infundadas que no cuentan con el respaldo de las autoridades públicas competentes en seguridad alimentaria y nutrición en España.
En este contexto, Lidl denuncia que la desinformación puede perjudicar al sector y generar confusión en los consumidores. Por ello, la compañía hace un llamado a la responsabilidad de las organizaciones y a la rigurosidad de las plataformas de difusión, en especial de los medios de comunicación, que en su mayoría ya ejercen su labor de manera profesional y ética.