Madrid. La pandemia supuso una paralización de la industria del automóvil sin precedentes. Un sector puntero en la economía nacional se vio obligado a paralizar su maquinaria, y este freno supuso también el freno de la logística de automoción.
Tal y como veremos a lo largo de las páginas de este informe, la paralización de la actividad de la automoción ocasionó que las empresas de transporte, especialmente del sector de la carretera y marítimo, paralizaran sus flotas.
Ante la antigüedad de las mismas y la imposibilidad de cubrir toda la demanda de espacio de los portavehículos y los car carriers, muchas empresas decidieron llevar sus flotas al achatarramiento. Mientras los volúmenes de producción eran bajos, esta situación era sostenible, la problemática ha llegado ahora, cuando los volúmenes han empezado a crecer y la industria de la automoción no encuentra medios de transporte para dar salida a su producción.
Por esta razón, la logística de automoción se encuentra en punto muerto, a la espera de recibir los camiones portavehículos y los buques car carriers que asuman estas cargas, que ahora se encuentran paralizadas en las campas de los puertos o en las propias fábricas. Aunque el freno de la carretera y el sector marítimo han sido los más sonados, lo cierto es que el sector ferroviario ha sido el más afectado.
Según detalla el último informe logístico de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC), el transporte ferroviario es el que sufrió una mayor caída, del 21,4% entre 2017 y 2021, y, además, redujo su cuota del 14% registrada en 2020 al 11,6% en 2021.
De los 4,33 millones de vehículos transportados en 2021 en España, el 44,7% se transportaron por carretera, el 43,7% por marítimo y el 11,6% por ferrocarril. Si estas cifras se comparan con 2019, año en el que se transportaron 5,52 millones de vehículos, el 44% se transportaron por vía marítima, el 42% por carretera y el 14% por ferrocarril. “La falta de regularidad en la fabricación y los bajos volúmenes, como consecuencia de la crisis de los semiconductores, hacen difícil consolidar un número suficiente de vehículos para garantizar la frecuencia de los trenes. Esta circunstancia ha desviado parte del transporte ferroviario hacia el transporte por carretera por su mayor adaptabilidad y flexibilidad, rasgos muy necesarios en estas circunstancias”, se apunta en el informe. En concreto, detalla el estudio, el transporte por carretera fue el único que creció en 2021, con un volumen del 1% superior al del año anterior.
Una vez superadas las restricciones de movilidad de la pandemia y el cierre de los puertos, el estallido de la guerra en Ucrania puso en jaque otra vez a la automoción por la falta de componentes como los semiconductores.
Ahora, en el camino hacia la recuperación, la industria de la automoción está trabajando por alcanzar el máximo rendimiento de sus fábricas y para encontrar las fórmulas logísticas que, a corto plazo, permitan mover dichos vehículos. Con todo ello, tanto desde el lado del transporte como de los fabricantes, se aboga por la colaboración entre los diferentes modos para superar estas irregularidades en el flujo logístico.
Además, desde ANFAC se insta a optimizar los recursos y las infraestructuras disponibles para garantizar el suministro de vehículos.