En función del tipo de servicio, los ingresos derivados del almacenaje y otras operaciones en almacén registraron un descenso del 1,3% respecto a 2019, hasta los 2.325 millones de euros.
El segmento de transporte y distribución de las mercancías en depósito registró una mayor contracción, situándose en 2.450 millones de euros, un 4,7% menos.
El sensible deterioro de la coyuntura incidió negativamente en el negocio de los operadores logísticos. Sin embargo, esta negativa tendencia se vio parcialmente contrarrestada por el auge del comercio electrónico.
Los diez primeros operadores alcanzaron en 2020 una cuota de mercado conjunta del 60%, reflejo del alto grado de concentración que muestra el sector. La pandemia y las medidas de confinamiento y restricción a la movilidad estimularon el trasvase de clientes desde los canales tradicionales al canal online y, en particular, la compra a través de internet de determinados productos, de alimentación y otros productos para el hogar, bricolaje, ropa, artículos de deporte, salud y belleza, o material de oficina e informática, entre otros.
La industria alimentaria constituye el principal sector de demanda para los operadores logísticos, aportando alrededor del 40% de su volumen de negocio.
Por su parte, la industria de automoción, que también cuenta con una destacada participación en el negocio de los operadores logísticos, se mostró como una de las más penalizadas por la crisis sanitaria.
En 2020 se contabilizaban alrededor de 200 operadores logísticos. Aunque el número de empresas presentes en el sector sigue creciendo, se mantiene la tendencia de concentración de la oferta, de forma que los diez primeros operadores reunieron en 2020 el 60% del volumen de negocio sectorial.
Se espera un efecto positivo de la reactivación de la actividad económica, especialmente a partir del segundo semestre de 2021, una vez que se vaya avanzando en la campaña de vacunación y se vaya recuperando una situación de cierta normalidad, que impulse el consumo y la producción industrial.