Una de las cuestiones más destacadas que se desprenden del estudio de FETEIA es que los representantes aduaneros rechazan las herramientas de facilitación de las declaraciones por cuanto en una ocasiones no se perciben ventajas y, en otras, realmente todo se hace más farragoso y costoso.
Así, por ejemplo, en el estudio, se advierte con respecto a la figura del OEA que “nadie considera que existan ventajas reales importantes por el hecho de serlo”, considerándose una figura “infrautilizada” que genera mucha carga administrativa sin otra ventaja que la reducción de la garantía del IVA. Según FETEIA, cuando existe una incidencia se les trata igualmente a los OEA como “defraudadores”.
En esta misma línea, con respecto a la alternativa de que las empresas obtengan el estatus de exportador autorizado “se descarta en muchas ocasiones por la dificultad y lo engorroso del expediente”, se afirma en el informe.
Y lo mismo sucede con el despacho centralizado, “descartado en muchas ocasiones porque la tramitación es peor que el despacho ‘normal’ debido a la falta de relación o respuesta de los funcionarios y a la nula relación con la Aduana”, se asegura en el informe de FETEIA.