China se ha convertido en un tema recurrente en el debate político en Estados Unidos, con Demócratas y Republicanos compitiendo por ser más beligerantes con la segunda economía mundial.
El Partido Republicano “seguirá una política comercial que priorice a Estados Unidos frente a los países que hacen trampa y a los productores estadounidenses sobre los extranjeros”.
“Recuperaremos nuestras cadenas de suministro críticas y cambiaremos la política comercial estadounidense”, dicen los Republicanos, que utilizarán su poder “para proteger la infraestructura crítica de nuestra nación”. Además, revocarán el estatus de China de nación más favorecida, eliminando gradualmente las importaciones de bienes esenciales y evitando que compre bienes raíces e industrias estadounidenses.
En parecidos términos, los Demócratas prometen que será Estados Unidos quien gane la competencia por el siglo XXI “y se fortalecerá en lugar de renunciar a su liderazgo global”. “Invertirá en las ventajas competitivas que hacen de Estados Unidos la nación más fuerte del planeta y trabajará para garantizar que siga siendo líder en el futuro”, explica en su programa, donde se destaca la labor de Harris “frente a las prácticas económicas injustas de China” para proteger a los estadounidenses.