El sector inmologístico se enfrenta a una serie de peculiaridades que modulan constantemente las caracterísitcas de la demanda. La operadores buscan espacios cada vez más adaptados a sus necesidades, pero, al mismo tiempo, estas necesidades se ven influidas por factores externos como la digitalización, el crecimiento del comercio electrónico, la sostenibilidad y la automatización de procesos.
madrid. A medida que el mercado se adapta a estos cambios, los operadores inmologísticos y las empresas logísticas se encuentran en una carrera para ofrecer soluciones innovadoras, eficientes y alineadas con las demandas de un sector cada vez más interconectado y tecnológicamente avanzado. Uno de los elementos más destacados que se repite entre las empresas que buscan espacio logístico es la necesidad de ubicaciones bien conectadas. Las empresas logísticas requieren suelos a precios razonables, pero no solo eso; las infraestructuras circundantes son igualmente esenciales. Las conexiones eficientes con carreteras principales, puertos, aeropuertos y otros puntos logísticos estratégicos son fundamentales para garantizar la operatividad de las empresas. Esto no solo se limita a las infraestructuras físicas, sino que también abarca los servicios básicos: electricidad, agua, telecomunicaciones y, en general, la capacidad de establecer rápidamente operaciones en el sitio.
El mercado está demandando cada vez más soluciones “llave en mano”, es decir, proyectos que incluyan tanto la construcción del espacio como las instalaciones necesarias para que las empresas puedan comenzar a operar de inmediato. Esto se ve con mayor claridad en áreas con alta concentración de operaciones logísticas, como los corredores logísticos clave que conectan grandes núcleos urbanos con zonas industriales.
Sostenibilidad
Las empresas no solo buscan reducir su huella de carbono, sino también optimizar sus operaciones mediante soluciones que aumenten la eficiencia energética y la sostenibilidad. En este contexto, las instalaciones con sistemas fotovoltaicos, eficiencia energética y capacidad para albergar tecnologías como la automatización o la robótica están ganando terreno.
Estos elementos no solo responden a una demanda creciente, sino que también se han convertido en un factor clave en la toma de decisiones por parte de las empresas logísticas, que buscan alinear sus operaciones con las exigencias de sostenibilidad ambiental y empresarial.
Según Roberto Ágreda, socio y director de Inmoking, “los operadores buscan herramientas que les permitan extraer el máximo rendimiento de las plataformas, a la vez que ahorran costes e implementan aspectos de sostenibilidad. Los espacios con certificación BREEAM o LEED van a ser una constante en la demanda de 2025”.
El impulso hacia la sostenibilidad también responde a la necesidad de adaptarse a las políticas regulatorias cada vez más estrictas en relación con el cambio climático.
Por ejemplo, el desarrollo de instalaciones logísticas con un enfoque en la eficiencia energética no solo responde a un compromiso medioambiental, sino que también puede traducirse en una reducción de costes operativos a largo plazo.
Uno de los cambios más disruptivos en la demanda del sector inmobiliario logístico ha sido el auge del comercio electrónico. La creciente preferencia de los consumidores por realizar compras online ha alterado profundamente las dinámicas de las cadenas de suministro y la logística. Las empresas de e-commerce demandan espacios logísticos que no solo permitan almacenar grandes volúmenes de productos, sino que estén situados cerca de grandes núcleos urbanos para facilitar la entrega de última milla. “A pesar de enfrentar algunos desafíos como la falta de suelo en áreas clave, la inestabilidad de la inflación y de los tipos de interés, el sector se consolida como uno de los más dinámicos en Europa, impulsado por factores clave como el auge del comercio electrónico, la creciente demanda de productos logísticos de valor añadido, el nearshoring y el fortalecimiento de las infraestructuras en las principales zonas urbanas”, ha señalado Gustavo Cardozo, director de Panattoni. Esta tendencia ha obligado a las empresas a repensar sus estrategias de ubicación. La proximidad a centros urbanos, donde la demanda de entregas rápidas es mayor, se ha convertido en un factor clave. En consecuencia, los desarrolladores inmobiliarios están invirtiendo en la creación de espacios logísticos modernos, con tecnologías avanzadas que optimizan la gestión de inventarios, la preparación de pedidos y la entrega. Además, la digitalización de los procesos ha sido un factor esencial para agilizar las operaciones y mejorar la visibilidad en tiempo real de las mercancías en tránsito.
Flexibilidad
Los expertos hablan de la necesidad de ser flexibles. Es decir, las empresas deben mostrarse receptivas ante la incorporación de nuevas herramientas y sistemas como la automatización, el uso de robots y sistemas de gestión avanzados.
Según indica Cristian Oller, vicepresidente de Prologis, “además de la proximidad, ahora se requieren espacios modernos y automatizados, con tecnologías avanzadas de gestión de inventarios y visibilidad en tiempo real”. A lo que añade que, “esta digitalización no solo agiliza operaciones y minimiza el impacto ambiental, sino que también fortalece la flexibilidad y eficiencia del sistema logístico, beneficiando a todos los agentes involucrados”.
Nuevas dinámicas laborales
La importancia de los factores sociales se ha convertido en un elemento cuyo objetivo es que cobre la misma relevancia que los anteriormente mencionados. Un aspecto que a menudo se pasa por alto es la importancia de los factores sociales en la ubicación de los centros logísticos. Las empresas informan que anteriormente el objetivo pasaba por buscar la proximidad a las infraestructuras de transporte. Sin embargo, ahora también es una exigencia valorar la calidad de vida de los trabajadores. Esto incluye la cercanía a núcleos residenciales, centros educativos, servicios de salud, y otras infraestructuras que mejoren la calidad de vida de los empleados. Desde Cimalsa, Isaac Albert i Agut señala que “hay una demanda relevante de factores no inmologísticos para la toma de decisiones de implantación de las empresas. Una demanda que tiene que ver con factores sociales, económicos, humanos”.
También desde Cimalsa, Isaac Albert i Agut considera que se está demandando mano de obra cualificada y entornos con servicios para los trabajadores, esto es, núcleos de población que puedan facilitar la movilidad de los trabajadores, con colegios, servicios de ocio y residenciales. Demandan cercanía a centros de formación pero también entornos logísticos (polígonos) que sean amables y redunden en el bienestar de los trabajadores para garantizar esta sostenibilidad ambiental y empresarial a la que aluden las empresas logísticas. Por ello, las compañías logísticas demandan, en muchos casos, entornos logísticos que no solo sean eficientes desde el punto de vista empresarial, sino también atractivos para los trabajadores. Esto implica crear un equilibrio entre la funcionalidad de las instalaciones y el bienestar de las personas que allí operen. Indica David Martínez, director de Proequity, que “la incorporación de servicios complementarios como cafeterías, guarderías, zonas deportivas y áreas verdes en los espacios logísticos aporta un valor añadido que los hace más atractivos”.