Los principios fueron años difíciles. Aquellos primeros días en unas oficinas de apenas 100 metros de la calle Dr. J.J. Dómine (y que a día de hoy siguen siendo el centro neurálgico de la compañía) presagiaban que sólo había una fórmula de alcanzar el éxito: el trabajo diario y la honestidad.
La actividad principal de la empresa es sus inicios estaba prácticamente dirigida a atender los despachos de importación de tráficos de legumbres y un par de servicios de grupaje con Italia y Portugal. Sin embargo, en la cabeza del emprendedor Rafael Milla daba vueltas una idea: con la entrada en vigor del Mercado Común, el establecimiento de la moneda única y la desaparición de las fronteras en Europa, el mundo abría sus puertas de par en par y era necesario salir a buscar negocio más allá de las nuevas fronteras.
Con esta premisa y con la visión del crecimiento exponencial de las importaciones procedentes de Extremo Oriente, Rafael Milla se lanzó a la aventura y viajó a China para tratar de comprender cómo se organizaba el comercio exterior en el país asiático. Fruto de aquel viaje estableció una relación con Thomas Chan que no tardó en cristalizar en una sociedad conjunta: UnionPower.
Muy posiblemente, aquella fuerte relación profesional, que todavía hoy sigue vigente, fue el germen del impulso de la actividad de Raminatrans, que comenzó a gestionar con solvencia las importaciones chinas.
Crecimiento
Conforme aumentaba el volumen de tráfico y crecían las necesidades de sus clientes, Raminatrans fue dimensionando la empresa para dar respuesta a esas exigencias. Fueron los años de inversiones en almacenes en la localidad de Massanassa, la compra de camiones y plataformas para dar respuesta a un creciente tráfico de contenedores o el establecimiento de espacios para poder depositar esos mismos contenedores y aparcar los vehículos.
En 1999 Raminatrans inició su expansión en España con la apertura de una delegación en Alicante y un año después, con Vicente Ramos, constituyó la sociedad Raminatrans Castellón, completando así su cobertura en la Comunitat.
Otro hito en la historia de Raminatrans fue la adquisición en 2009 de un almacén de 75.000 metros cuadrados que hoy en día es el gran centro logístico de la compañía.
Tal y como ha asegurado Rafael Milla, “nuestro crecimiento lo hemos hecho para nuestros clientes; nunca hemos salido a vender el transporte o el almacén a nadie, igual que nunca entraremos en un negocio que no tenga que ver con nuestra actividad”.
Evolución en paralelo
En paralelo al crecimiento físico, la empresa se fue dimensionando, tanto en volumen de personal como en la gestión de sus sistemas hasta completar un modelo centralizado y alineado tecnológicamente con la demanda de los clientes.
La creación de numerosos departamentos específicos, el establecimiento de una política comercial y la vocación por el servicio fueron definiendo el carácter de Raminatrans hasta su trigésimo aniversario, en el que mantiene gran parte de la esencia de sus orígenes. No en vano, todavía hoy trabajan en la empresa siete trabajadores de los trece que iniciaron la aventura junto a Rafael Milla.
En la actualidad Raminatrans da trabajo a más de trescientas personas y cuenta con una importante presencia nacional e internacional. Los primeros 30 años de su historia no han sido más que inicio de un futuro de éxito que todavía está por escribirse.