Al quedar todo en casa y haber sólo cambio de nombres y no de signo político en el Ministerio, la ya exministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, tuvo la oportunidad ayer ante todos los presentes de despedirse y hacer balance de sus dos años de gestión.
Visiblemente emocionada, con la voz entrecortada y lágrimas en sus ojos, Sánchez insistió en que “la emoción no es de tristeza”, al tiempo que aseguró que “es un orgullo ceder las carteras a Óscar Puente y a Isabel Rodríguez”, con quien mostró una especial complicidad por haber compartido 28 meses en el Gobierno. “Sé que quedan en las mejores manos”, dijo Sánchez en referencia a las competencias de Transporte y de Vivienda, segregadas en dos ministerios.
Sobre el nuevo responsable de Transportes y Movilidad Sostenible, la exministra afirmó que “ha sido un extraordinario alcalde de Valladolid, convirtiendo su ciudad en una referencia de la movilidad sostenible” y en el “mejor ejemplo de que la lucha contra el cambio climático comienza en las ciudades”.
Raquel Sánchez, que tuvo que interrumpir su discurso por las lágrimas recibiendo una atronadora ovación del auditorio, insistió en que “no es un adiós triste”, mostrándose muy agradecida al presidente por el “inmenso honor” de formar parte del Gobierno de España, presidente a quien calificó de ejemplo de “resistencia y tenacidad”.