Su ubicación estratégica, por tierra junto a la N-III y la AP7, por mar a poco más de 25 minutos del puerto de Valencia y por aire a 10 minutos escasos del aeropuerto de Manises, le confiere un valor añadido que los operadores tienen muy en cuenta a la hora de designar un enclave para su centro de operaciones.
El trabajo realizado por el Ayuntamiento de Riba-roja durante los últimos años ha permitido alcanzar uno de los objetivos más anhelados al convertirse en un núcleo industrial de primera magnitud no sólo en el ámbito de la Comunitat sino, especialmente, respecto de otras zonas del resto de España y de los países europeos. “Riba-roja ha pasado de ser uno más en el vagón de cola a convertirse en un referente ante cualquier operador que busque un emplazamiento que le permita una comunicación rápida y eficaz con cualquier punto de la geografía española o europea”, subrayan desde el Ayuntamiento de Riba-roja a este Diario.
Uno de los últimos proyectos llevado a cabo por el Consistorio en esta última legislatura se centró en equiparar el Parque Logístico Valencia (PLV), ubicado en el municipio, a otros centros logísticos de similares características. Por ello, se autorizo el aumento de la capacidad de almacenamiento en altura de las empresas de los polígonos industriales de forma que puedan competir con otros centros importantes como los de Madrid, Barcelona o Zaragoza cuya expansión se sustenta, precisamente, en la capacidad de sus operadores para almacenar las mercancías.
Una inversión prevista de 1,8 millones de euros del Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (IVACE) para los próximos meses completará la apuesta por su tejido industrial, fuente de empleo y redistribución de la riqueza.