La cuestión medioambiental también se configura como un reto importante para el sector del transporte de mercancías en contenedor, sobre todo ante la inminente entrada en vigor de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) en enero de 2023.
Es en Barcelona donde la efectividad de las ZBE genera una mayor problemática a los transportistas de contenedores, ya que la entrada al puerto está dentro del área que en dos meses estará restringida a vehículos contaminantes. “Por una parte, está la necesidad de rebajar las emisiones en las grandes ciudades, cuestión en la que estamos totalmente de acuerdo. Ahora bien, la Administración debe ser consciente de que no puede recaer solo en el transportista todo el peso de las inversiones en renovación de flota y más teniendo en cuenta que las únicas ayudas van encaminadas a la electrificación y todos deberían saber que para el caso del vehículo pesado, la electrificación no es una alternativa viable a día de hoy y tardará muchos años en serlo”, señala el presidente de Fenatport, Víctor González, que asegura que “Sintraport Barcelona manifiesta su compromiso ante la emergencia climática y apuesta por seguir trabajando con las administraciones”.
Además, la situación de escasez de componentes para la fabricación de vehículos está derivando en retrasos en los plazos de entrega y en un aumento de precio considerable, lo que complica aún más la renovación de flotas necesaria para cumplir con la normativa de las ZBE. “Somos conscientes de la problemática del cambio climático, pero hoy por hoy no hay ninguna tecnología que pueda sustituir los motores de combustión para nuestro sector. A la hora de renovar flota tenemos el problema de los plazos de entrega y los precios que han subido mucho, por lo que invertir en un vehículo a combustión sin tener claro si se van a poder cumplir los plazos de amortización antes de que nos obliguen a cambiarlo, da miedo”, subraya el presidente de ATEC, Óscar González.
Por ello, a pesar de que el sector ha acogido de forma muy positiva el programa de transformación de flotas de vehículos pesados del Ministerio de Transportes (MITMA), que supone una ayuda de 400 millones de euros de los fondos europeos para impulsar la transformación del parque de vehículos, “la actual situación económica de incertidumbre que vive el sector del transporte y los largos plazos de entrega de vehículos, han frenado un impacto mayor de las medidas sobre todo en la compra de camiones nuevos eléctricos o de hidrógeno que también incluía el plan”, concluye la representante de FVET-Puerto, Lorena Ballester.