La cadena logística española no sería hoy lo que es, sin el papel desarrollado por los transitarios durante las últimas décadas. Convertidos en los aliados necesarios del comercio exterior, los transitarios aportan soluciones de calidad, ágiles y flexibles que han demostrado su resiliencia en los momentos más complejos de los últimos años, con una pandemia mundial y una guerra de por medio. Por ello, los transitarios exigen un mayor reconocimiento público y jurídico de su labor como coordinadores de transporte internacional, especialmente en el sector marítimo.
Sus representantes recuerdan que, históricamente, el papel del transitario se asociaba al del intermediario, pero que hoy en día ya no es así. En la actualidad, el transitario analiza el mejor modo de transportar una mercancía, valora las ventajas y los inconvenientes (tras estudiar qué tipo de producto se pretende transportar y cuáles son sus exigencias) y determina que ruta será la más eficiente para, posteriormente, recomendarla al cliente. “Somos solucionadores de problemas y así lo reivindicamos. Cuantos más problemas deben afrontar las empresas importadoras y exportadoras, mayor necesidad tienen de recurrir a un transitario. Por tanto, nuestro reto pasa por seguir velando por impulsar la cadena logística, conocer mejor la aduana y poder realizar las operaciones de import/export de manera eficiente y segura”, subrayan los transitarios.
Además, los retos a los que se enfrenta el colectivo no son poca cosa. A los precios del transporte y la búsqueda de la sostenibilidad ambiental de la actividad se han sumado asuntos como: la falta de equipo, la aplicación del Reglamento de los Consorcios Marítimos, la intrusión de transitarios que no están legalmente autorizados para ejercer esta función, la falta de relevo generacional, la integración vertical de la cadena logística, las incertidumbres geopolíticas y un escaso reconocimiento jurídico de su labor por falta de definición legal de la figura.
Otros de los asuntos que también ocupan la mente de los transitarios son la digitalización (ya que el sector logístico en general está sumergido en una transformación digital y tecnológica que va más allá de la automatización) y la incertidumbre de una economía disruptiva y en permanente cambio que afecta a la demanda de bienes y servicios y a la propia planificación de recursos. En este escenario, la experiencia de los agentes es fundamental. De hecho, cada vez más, los transitarios aportan unos servicios a medida, pensados y diseñados para atender a las necesidades de los cargadores.
Para conocer mejor hacia dónde se encamina esta profesión tan determinante para la cadena de suministro, Diario del Puerto Publicaciones lanza una nueva edición de su libro Transitarios. En él se recogen las voces de los operadores, sus inquietudes y reclamaciones, sus logros y previsiones, con el objetivo de poner en valor su actividad. El monográfico también cuenta con un apartado especial: Transitarios selección.
Disfruten de la lectura.