En base a los últimos datos facilitados por ANFAC, las exportaciones de vehículos han alcanzado hasta abril las 609.369 unidades, lo que supone una caída respecto el año anterior del -16,1%.
En valor, según los datos de Comercio Exterior, la exportación de vehículos alcanza los 14.500 millones de euros en los cuatro primeros meses del año, presentando una reducción del 5,2% respecto al mismo periodo de 2021. Las importaciones también se han visto recortadas, en este caso en un 4,3%, y su valor total se sitúa en 10.927 millones de euros.
A la vista de estos datos y a pesar de las dificultades del sector, “el automóvil sigue siendo el que más aporta al saldo positivo de la balanza comercial”, destaca la directora del Área Económica de ANFAC, Arancha Mur. En concreto, entre enero y abril, ha alcanzado más de 3.500 millones de euros de saldo positivo.
En cuanto a las previsiones para el segundo semestre, Arancha Mur augura que “muy probablemente el año 2021 cerrará ligeramente por debajo del año anterior tanto en producción, en exportación, como en mercado y, por lo tanto, también afectará a las importaciones”. Esto muestra una tendencia descendente desde que comenzaran las dificultades con la crisis sanitaria de 2020 sin que se haya recuperado todavía los niveles pre COVID.
La crisis de suministro de microchips ha impedido tener una recuperación rápida y esperada de la producción tras los meses más críticos del estado de alarma en 2020
No obstante, Mur recuerda que no son los efectos de la pandemia lo único que está afectando al sector desde el año 2020. La parada de las fábricas en España durante más de tres meses en 2020, generalizada en Europa y el resto del mundo, enlazó con la falta de un componente básico para la electrónica de vehículo como es el microchip. Esto se ha producido como consecuencia de los desequilibrios derivados de la demanda de unos y otros productos electrónicos durante la pandemia. “El resultado es un shock de oferta en el automóvil que hace que el sector, no solo en España sino a nivel mundial, se encuentre con dificultades para abastecer la demanda de vehículos que desde mediados del 2020 comenzaba a recuperarse. A esto debe añadirse ahora la Guerra de Ucrania”, detalla Mur.
EN DESTACADO
Arancha Mur
Directora del Área Económica de ANFAC
Muy probablemente el año 2021 cerrará ligeramente por debajo del año anterior tanto en producción, en exportación, como en mercado y, por lo tanto, también afectará a las importaciones
Así, la crisis de suministro de microchips ha impedido tener una recuperación rápida y esperada de la producción tras los meses más críticos del estado de alarma en 2020. De hecho, la producción española, en niveles parecidos a lo que está sucediendo en otros países productores europeos, es casi un 30% inferior a la producción de 2019. Evidentemente, señala Mur, “esto está condicionando nuestras exportaciones de vehículos, ya que España es un país con vocación exportadora, donde más del 80% de la producción se destina al exterior”.
EL DATO
-16,1%
EXPORTACIONES. Según la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC), las exportaciones de vehículos han alcanzado hasta abril las 609.369 unidades, lo que supone una caída respecto el año anterior del 16,1%. Dicha cifra se traduce en un valor de 14.500, un 5,2% menos respecto al mismo periodo de 2021. Las importaciones también se han visto recortadas en un 4,3%, y su valor total se sitúa en 10.927 millones de euros.
En relación con el conflicto bélico, Arancha Mur explica que tanto Rusia como Ucrania son dos países ricos en determinadas materias primas necesarias para el automóvil, así como de algunos componentes. “Esto afecta tanto a la cadena de suministro, siendo un cuello de botella más para la producción, como a los costes, ya que los fabricantes se ven obligados a buscar proveedores alternativos”, agrega.
Por tanto, debe tenerse en cuenta que el contexto económico no es favorable y la situación en Ucrania ha ralentizado la tendencia de crecimiento en Europa y en España. Este empeoramiento del contexto afecta al consumidor, que ve mermada su confianza y capacidad adquisitiva ante una elevada inflación, costes energéticos al alza y, en general, menor crecimiento económico esperado. Como consecuencia de ello, concluye Mur, “la demanda interior se ve resentida pero también la de los países de destino de nuestras exportaciones”.
El contexto económico no es favorable y la situación en Ucrania ha ralentizado la tendencia de crecimiento en Europa y en España