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Los aranceles de un Brexit sin acuerdo afectarían al 57% de las exportaciones valencianas a Reino Unido

El ministerio de Economía británico publicó la pasada semana la política comercial que adoptará Reino Unido en caso de que se produzca una salida sin acuerdo, y durante un período temporal inicial de un año. Esta política comercial, implicaría que el 87% de los productos importados por el Reino Unido estarían libres de aranceles, con el fin de minimizar el coste para empresas y consumidores.

  • Última actualización
    15 marzo 2019 12:41

Cámara de Valencia ha elaborado un informe al respecto en el que asegura que el 13% restante, pagaría aranceles, pues considera el Gobierno británico que son los sectores industriales más vulnerables ante la competencia exterior: alimentación (carne, pescado y cereales, sobre todo), productos energéticos, productos químicos, Textil y confección, semimanufacturas y vehículos.

Aunque no se produzca una salida sin acuerdo (tal y como se votó el mismo 13 de marzo por el Parlamento), una política comercial futura a negociar por el Reino Unido con la Unión Europea, podría acercarse a los términos publicados.

Impacto

Si bien sólo al 13% de los productos importados por el Reino Unido se le aplicarán aranceles, éstos afectarán al  57% de las exportaciones valencianas al Reino Unido (según datos comercio exterior de 2018).

Teniendo en cuenta que la mitad de las exportaciones al Reino Unido corresponden a vehículos automóviles, con un arancel del 10%, si se descontara este capítulo del total, el 22% de las exportaciones valencianas se verían afectadas por los nuevos aranceles británicos.

Los aranceles se sitúan entre el 2,5% en pieles/cueros y el 12% en textil y confección. Sin embargo, a los productos alimentarios (carne, pescado, cereales, molinería, etc) se les aplicaría una tasa arancelaria y/o una cuantía económica en función del peso.

El coste arancelario para los productos no alimentarios que la Comunidad Valenciana exporta al Reino Unido asciende, con datos de ventas de 2018, a casi 127 millones de euros, de los cuales 114 corresponden al sector automovilístico.Al coste arancelario habría que añadirle el coste de los retrasos en frontera, inspecciones aduaneras, servicios financieros asociados, etc. Ello supone no sólo un precio mayor para el consumidor británico (que pierde poder adquisitivo), sino también un mayor coste para la empresa exportadora y menores márgenes.