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Madrid Central: prohibir y ¿mejorar?

La iniciativa de “Madrid Central” que restringe la circulación al centro de la ciudad entró en vigor el 30 de noviembre, lo que ha supuesto un importante cambio en la actividad de los ciudadanos y en la actividad de las empresas de distribución y reparto de mercancías.

  • Última actualización
    13 diciembre 2018 17:04

Madrid Central es la medida número uno del Plan A de Calidad del Aire y Cambio Climático del Ayuntamiento de Madrid.

Es una gran área de 480 hectáreas en el que el tráfico de vehículos queda restringido favoreciendo el paso al peatón, la bicicleta y el transporte público.

El objetivo del Plan es convertir el distrito centro de Madrid en una zona de bajas emisiones; un pulmón en pleno corazón de la ciudad. Con este proyecto,  el Ayuntamiento estima una reducción de las emisiones de dióxido de nitrógeno del 40%.

El área restringida comprende casi todo el distrito centro, desde Argüelles, San Bernardo, Alonso Martínez, Colón, Recoletos, Banco de España, Atocha, Puerta de Toledo, Palacio Real de Madrid hasta Plaza España.

Los criterios de acceso y aparcamiento priman a los residentes, las personas con movilidad reducida y los servicios públicos y profesionales. Además, se tiene muy en cuenta el nivel de contaminación de cada vehículo, identificado por los distintivos ambientales de la DGT por los que se regula el acceso al área restringida.

Las restricciones de circulación y su periodo máximo de aplicación están explicadas en el recuadro adjunto.

Ahora mismo, tras su reciente entrada en vigor, el control de acceso a Madrid Central es totalmente manual e informativo.

En una segunda fase que tendrá una duración mínima de dos meses, comenzará a controlarse por cámaras de tráfico el acceso al centro de Madrid. Los vehículos que infrinjan la normativa recibirán cartas informativas por parte del Ayuntamiento con la infracción cometida.

Durante la primera fase informativa de implementación de Madrid Central, que comenzó el 30 de noviembre y en la cual el control es manual, los vehículos comerciales e industriales tan solo deben mostrar, en caso de que así se lo requieran los agentes de Movilidad o Policía Municipal, justificante de tener autorización en vigor como titulares de vehículos comerciales e industriales del SER.

En octubre, la patronal de transporte CETM Madrid, adherida a la Plataforma de Afectados por Madrid Central en la que también se incluyen asociaciones de comerciantes, vecinos, empresas de mudanza, de distribución y transporte de mercancías, mostró su preocupación por los plazos establecidos para la renovación de las flotas de transporte, que podría “enviar a la ruina a miles de pymes y transportistas autónomos”.

La ordenanza, asegura Jorge Somoza, director general de CETM Madrid, apenas da 14 meses para la renovación de la flota, y “no establece las necesarias ayudas económicas o incentivos fiscales para facilitar la inversión de microempresas”.

El 90% de las empresas de transporte y distribución, continúa el director general de CETM Madrid, deberán cambiar sus vehículos en seis años, en el plazo de 2020 a 2025, lo que conlleva una inversión total de 1.300 millones de euros para dichos transportistas.

Paradójicamente, añade Somoza, “no existe actualmente en el mercado la oferta suficiente de vehículos alternativos de transporte. El motor eléctrico no está adaptado a los camiones de carga para la distribución y los vehículos a gas no están catalogados con una etiqueta medioambiental cero emisiones”.

Asimismo, “no se ha generado la infraestructura necesaria de gasineras ni puntos de recarga para los vehículos eléctricos o de gas”, concluye.

La patronal del transporte y la logística UNO, por su parte, mantuvo varias reuniones con la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, durante los meses previos a la entrada en vigor de Madrid Central en las que le trasmitió su preocupación por la afectación de la medida al reparto urbano de mercancías y solicitó el retraso de su entrada en vigor después del Black Friday, que la alcaldesa aprobó.

Primer balance

Habiéndose cumplido más de diez días desde la entrada en vigor de Madrid Central, tanto el Ayuntamiento de Madrid como la Plataforma de Afectados por Madrid Central han hecho un primer balance de la situación, que difieren en varios apartados. En su análisis, el Ayuntamiento de Madrid ha asegurado que en estos diez primeros días se ha incrementado el uso del transporte público y se ha reducido el tráfico, tanto en el centro de la ciudad como en el perímetro del mismo.

A pesar de que en el balance, presentado por la delegada de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, Inés Sabanés y el concejal de Centro, Jorge García, no se hace referencia alguna a la afectación que se haya podido producir en el sector del reparto urbano de mercancías en estos últimos diez días, se aprecia un incremento de 10.000 viajeros más al día en autobús urbano y un mejor funcionamiento de los mismos, al registrarse menos tráfico y más fluido.

El descenso del uso del vehículo privado, asegura el Consistorio, se ha notado especialmente en el interior de Madrid Central y también, aunque en menor medida, en lo que es el perímetro.

En los ejes principales del interior de Madrid en días de diario, además, se ha observado una disminución del tráfico del 30,48% con respecto a 2017.

En los viales del perímetro, en cambio, la disminución de intensidad es menor que en el interior de Madrid Central y se mantiene en niveles semejantes a los de 2017 con un descenso del 0,3%.

En la M-30 durante los cuatro días festivos (del 6 al 9 de diciembre), la intensidad se mantuvo en niveles muy similares con una variación superior al 0,17%.

En cuanto al tránsito de viajeros, aunque el Ayuntamiento de Madrid asegura que se han incrementados los viajes en transporte público por el centro, una cifra positiva con vista a la Navidad, la Plataforma de Afectados asegura, según una encuesta realizada, que el 65% de los madrileños visitará menos durante estas Navidades el centro de Madrid a causa de la nueva medida.

Para CETM Madrid, la nueva regulación del área de acceso restringido (AAR) de Madrid Central está suponiendo “un auténtico caos para el sector de la distribución urbana, ya que al desconcierto de información generado desde el Ayuntamiento, se une la gran inseguridad jurídica en cuanto a la renovación de flota, ya que se trata de una medida prevista hasta 2025 cuando existen vehículos cuya vida útil es de más de 15 años”.

En este sentido también, CETM Madrid ha denunciado “la ausencia del necesario estudio de impacto sobre la actividad del transporte de mercancías por carretera”.