madrid. La patronal de empresas estibadoras ANESCO y los sindicatos Coordinadora y UGT dieron curso ayer en Madrid al reciente mandato legal por el que se habilita a la negociación colectiva sectorial para el establecimiento de cláusulas relativas a la jubilación forzosa en el ámbito de la estiba portuaria.
De esta forma, garantizada la plena representatividad de las partes para llegar a acuerdos de eficacia plena en todo el sector, la patronal y los sindicatos acordaro llevar a cabo la jubilación forzosa de los trabajadores portuarios siempre y cuando tengan la edad legal admitida (recordemos que por su particular normativa socio laboral los estibadores poseen coeficientes reductores que permiten llevar la jubilación hasta el mínimo de los 55 años) y siempre y cuando tengan garantizado el 100% de su cotización máxima para garantizar la pensión. En estas dos circunstancias las empresas podrán proceder a la extinción de los contratos .
A partir de aquí, una vez extinguidos se aplicarán dos cláusulas también pactadas por patronal y sindicatos.
En primer lugar, toda jubilación forzosa conllevará su reposición, es decir, nunca la jubilación podrá servir para amortizar puestos de trabajo y sí para garantizar la seguridad del personal y el rejuvenecimiento de las plantillas, garantizándose por tanto la referida reposición.
En segundo lugar, en todo caso de jubilación forzosa y a la hora de cubrir dicha plaza, en iguales circunstancias siempre se primará que acceda a dicho puesto de estibador una mujer, dándose de esta manera un impulso a las políticas de igualdad.
En declaraciones a Diario del Puerto, José Luis Romero, secretario general de ANESCO valoró muy positivamente el acuerdo alcanzado y el clima que ha permitido primar la seguridad, el rejuvenecimiento de las plantillas y la igualdad.
Por su parte, Antolín Goya, coordinador general de Coordonadora, declaró ayer a este Diario que este acuerdo es absolutamente necesario” dado que es fundamental en el sector de la estiba “mantener los niveles de productividad y los niveles de seguridad”.
“Es una medida positiva y absolutamente normal”, concluyó Goya.