CARTAGENA. El objetivo concreto de este proyecto de restauración ambiental es el de la recuperación de los matorrales denominados halonitrófilos propios de ambientes litorales. Se trata de un hábitat relevante por la presencia de especies de flora endémica iberoafricana, exclusivas del sureste peninsular y norte de África, muy singulares en el contexto europeo y adaptadas a la existencia de sal en el suelo, producto de la cercanía al mar, así como una elevada nitrificación del mismo, consecuencia de las deyecciones de las aves marinas.
Estos matorrales están conformados por plantas como el cambrón (Lycium intricatum), el oroval (Withania frutescens) y la boja barrillera (Salsola oppositifolia) junto con otras especies mediterráneas como lentiscos (Pistacia lentiscus), cornicales (Periploca angustifolia) o palmitos (Chamaerops humilis).
El resultado final de todo este proceso será el de una arbusteda compleja, de alto valor ecológico, generador de alimento y refugio para la fauna local y resistente al cambio climático. Además, este matorral actuaría en el futuro como un núcleo generador de semillas, ayudando a la recuperación natural de otras áreas cercanas.
Durante esta semana, se está colocando la señalética para informar del proyecto, que se está realizando en las inmediaciones del propio faro de Cabo de Palos, en el acceso a Cala Túnez, así como en los alrededores de Cala Fría, en terrenos propiedad de la Autoridad Portuaria de Cartagena, y tiene como principal actuación la erradicación de las numerosas especies de flora alóctona invasora, tales como piteras, acacias, crespinillos o chumberas, y su sustitución por especies de matorrales autóctonos del sureste peninsular y propias de los acantilados y entornos costeros.