ALICANTE. Los técnicos de Eiffage llevan realizando, durante estos nueve días, jornadas maratonianas para realizar los ajustes necesarios para que la maquinaria de la terminal funcione como un reloj. Y es que se trata de un proyecto totalmente innovador, que se pone por primera vez en marcha en un puerto español, y, por tanto, es necesario que cada mecanismo, así como el software que lo controla, no tenga ni un solo fallo, para conseguir el objetivo que se ha marcado Eiffage: optimizar la carga y descarga de granel sólido, y hacerlo de forma totalmente sostenible para el medioambiente.
En estos momentos la carga del buque, que se encuentra amarrado desde el 15 de agosto en el muelle 17, se realiza de forma totalmente fluida, si bien la terminal logrará el pleno rendimiento en las próximas semanas, una vez esté instalada la trompa de carga, un tubo que se prolonga desde el final de la cinta transportadora hasta el suelo de la bodega del buque, y que reducirá el escaso polvo que se produce al volcar la mercancía en altura.