En la crisis permanente en la que está ya sumido el mundo, el sector del transporte marítimo muestra su capacidad de adaptación y sobre todo de transformación. Nada tiene por qué volver a ser igual.
Madrid. Diario del Puerto Plus afronta un año más su informe sobre navieras y consignatarias y en esta ocasión hay una palabra clave que domina todos los análisis: geopolítica.
Estamos sumidos en una sucesión de crisis a nivel global donde la manera de afrontarlas es inicialmente buscar soluciones alternativas o temporales sin ser del todo conscientes que vamos caminando hacia puntos de no retorno, pues tal estallido de acontecimientos dibujan escenarios que se antoja muy difícil que vayan a ser como antes.
Al fin y al cabo, estamos aguardando a que se solucione tal o cual conflicto sin darnos cuenta de que aún en el caso de que eso sucediera, las cosas no sólo no tienen por qué volver a ser como antes, es más, ni siquiera tienen por qué ser parecidas pues, además hay circunstancias enquistadas en el tiempo.
Ningún sector como el logístico necesita a nivel global una adaptación tan del momento a cada crisis que surge y ningún sector como el naviero debe hacerlo a nivel global y con una escala de costes tan elevada y con enormes rigideces por las estructuras de los servicios.
Esto implica que, en un escenario de total estabilidad, un hecho aislado como la crisis del mar Rojo debiera llevarnos a pensar que, a la mínima que se encontrase una solución las rutas regresarían de su exilio en Buena Esperanza.
En el complejo entramado de crisis que se suceden, el sector marítimo va adaptándose y transformándose sin que tenga por qué haber necesidad de que las cosas vuelvan al punto inicial pues los factores se multiplican
Ahora bien, el contexto no es estable y lo del mar Rojo no es algo aislado. ¿Razón? La incertidumbre y crisis global geopolítica, en la que hay muchos problemas y muchas respuestas que solo tienen sentido vinculadas las unas con las otras.
Las incertidumbres bélicas en Ucrania o Israel son una parte más del problema global donde las navieras deben responder a la profunda crisis medioambiental y las exigencias de la Unión Europea, a lo que hay que unir las nuevas políticas de Donal Trump y hasta que punto la guerra arancelaria puede hacer cambiar los flujos comerciales globales.
Y todo esto sin ser capacers aún de medir cuestiones de tantísimo calado marítimo como la reiterada amenaza de Donald Trump de querer recuperar el control del Canal de Panamá.
Todo esto se produce en un contexto en que las grandes navieras comerciales se han visto obligadas a redefinir sus servicios dentro de las grandes rutas. Han tenido que definir un nuevo mapa de alianzas y estrategias operativas con la alianza Gemini (Maersk-Hapag) como símbolo de un proceso muy delicado porque las exigencias del mercado y sus incertidumbres no permiten disparar con pólvora mojada.
Entramos así definitivamente en el complejo equilibrio de servicios, flotas y mercados donde los fletes aguardan a volver a mostrar a las primeras de cambio la verdadera realidad.
En este sentido, la presión medioambiental es enorme y en Europa no solo da comienzo el segundo año del ETS, ya con un notable incremento en el pago de derechos, sino que además ha entrado en vigor el reglamento FuelEU Maritime.
Las flotas deben responder a los requerimientos medioambientales pero además deben responder a las actuales dimensiones de las singladuras y a los condicionantes de una demanda que Trump puede torpedear en cualquier momento.
Veremos, definitivamente cuál es la evolución en un mercado que claramente va a premiar la flexibilidad.
Estamos ante un mercado que, muy importante, no va a dar marcha atrás, va a ir siempre hacia adelante y lo que venga, aunque parecido, no va a volver a ser igual
Aquellas navieras con flotas flexibles y adaptables, con servicios flexibles y adaptables y con costes flexibles y adaptables van a ser las únicas capaces de sobrevivir y de aportar calidad en un contexto donde no merece la pena perder el tiempo en recuperar situaciones pasadas.
No es descabellado pensar que a lo mejor los tráficos ya no vuelven a rutar por el mar Rojo como antaño. De igual forma, es más que previsible que los desvíos de tráfico por el ETS comiencen a hacerse visibles y a emprender un camino de no retorno.
Los hubs van a sufrir un fuerte estrés por un papel en permenente redinifición de las escalas en un mercado que, muy importante, no da marcha atrás, va siempre hacia adelante y lo que venga, aunque parecido, no va a volver a ser igual.
Resultados
Dicho esto, no parece que las compañías navieras se encuentren en una posición de debilidad.
Tras la importante escalada de beneficios a raíz de la crisis de los fletes desatada por la pandemia, un año tan incierto como 2024 vuelve a situar a muchas compañías en sólidos resultados.
Sin ir más lejos, ayer mismo la compañía AP Moller Maersk anunció récord de beneficios el año pasado, lo que quiere decir que la capacidad de trasladar los costes a los precios y el imparable comercio global solo exige responder con celeridad a los desafíos.
A partir de ahí, de momento, las ecuaciones seguirán dando resultado positivo.
Navieras españolas: a la espera de la Estrategia Marítima
Tras la presentación del proyecto y su posterior sometimiento a información pública, para este mes de febrero está previsto que se presente oficialmente la nueva Estrategia Marítima de España.
El documento es aguardado con mucho interés por parte del transporte marítimo en general y del sector naviero en particular, dadas las medidas estratégicas que se proponen. Hay que destacar, en primer lugar, la batería de reformas para la transformación del Registro Especial de Canarias (REC) en un registro competitivo capaz no sólo de responder a las necesidades de las empresas navieras españolas sino, sobre todo, capaz de impulsar su crecimiento y fortalecer su liderazgo.
En segundo lugar, es muy importante el paquete de ayudas definido en la Estrategia, orientado a la descarbonización y modernización de la flota española, lo que puede servir también de potenciador de la competitividad en el desafiante entorno futuro.