La nueva normativa FuelEU Maritime, que entró en vigor el pasado 1 de enero, lleva apenas un mes de recorrido. Aunque las grandes navieras se encuentra desarrollando proyectos para implementar la utilización de combustibles limpios en sus flotas, lo cierto es que el desarrollo de éstos podría ir más despacio de lo que espera Bruselas.
VALENCIA. Según la CE, el nuevo reglamento pretende que las emisiones de gases de efecto invernadero disminuyan gradualmente con el tiempo, comenzando con una reducción del 2% para 2025 y llegando hasta una reducción del 80% para 2050.
Desde hace años, las grandes navieras han realizado un sobresfuerzo inversor para desarrollar y utilizar modos de combustión alternativos y, consecuentemente, adaptar la maquinaria de sus buques. En algunas ocasiones, los grandes carriers del transporte marítimo ya son parte de alianzas con productores de combustible, una situación que permite aprovechar las sinergias que crean la experiencia compartida entre ambas partes.
En estos momentos se están desarrollando tecnologías que apuntan a la utilización del Gas Natural Licuado (GNL), amoníaco verde, metanol e incluso hidrógeno, sin descartar la puesta en marcha de motores eléctricos o incluso de métodos de propulsión relacionados con la energía eólica.
No obstante, la normativa FUELEU Maritime adopta un enfoque basado en lograr objetivos, siendo neutral en cuanto a la tecnología y metodología a implementar. Es decir, ofrece a los operadores la libertad de decidir qué combustibles y tecnologías utilizar en función de los perfiles específicos de cada buque o de cada operación. El reglamento también prevé diferentes mecanismos de flexibilidad, que apoyan a las flotas existentes para que encuentren estrategias de cumplimiento adecuadas, y recompensa a las compañías navieras que ya han puesto en marcha medidas para afrontar este nuevo reto.
EL DATO
17
Proyectos. Existen al menos 17 proyectos en toda Europa que pueden suministrar a los buques combustibles verdes a base de hidrógeno. T&E ha identificado otros 44 proyectos de hidrógeno en Europa que también podrían suministrar combustibles verdes a los buques.
Como se ve, la directiva tampoco da respuesta a una de las peticiones que la industria naviera ha venido realizando en los últimos años a las diferentes administraciones públicas y organismos internacionales, como es saber por cuál de las actuales alternativa a los combustibles fósiles hay que decantarse con el objetivo de focalizar las inversiones para la adquisición de nuevos buques.
La demanda de combustibles limpios en los últimos años ha aumentando, aunque esto no significa que puedan cumplirse los objetivos en la reducción de emisión de gases de efecto invernadero establecidos por la CE.
Buena parte del desarrollo de estos combustibles está amparado en proyectos que cuentan con financiación europea. Sin embargo, un estudio de la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente (T&E en sus siglas en inglés) revela que dos tercios de los proyectos europeos de transporte marítimo ecológico están en riesgo. En concreto, dicho informe muestra que casi el 4% del transporte marítimo europeo podría funcionar con combustibles verdes en 2030. No obstante, los proveedores de combustible parecen reacios a comprometerse financieramente con proyectos sin más garantías de que habrá demanda de estos combustibles en un futuro próximo. “Esto significa que es posible que la gran mayoría de los proyectos nunca lleguen a ponerse en marcha en esta década, poniendo en peligro las ambiciones climáticas de Europa y miles de puestos de trabajo”, advierte T&E.
Según denuncia T&E, “la mayoría de los proyectos aún no han recibido financiación y ni uno solo dedicado al transporte marítimo está operativo”. Según los productores de combustible citados en el estudio, los principales obstáculos son la falta de certidumbre de los compradores y de seguridad de las inversiones. “Esto pone en peligro millones de toneladas de combustibles verdes y miles de puestos de trabajo cualificados”, tal y como pone encima de la mesa la organización. A escala mundial, se calcula que el transporte marítimo verde podría crear 4 millones de nuevos puestos de trabajo de aquí a 2050.
Por tanto, ¿qué se puede hacer? Para T&E, el primer paso a dar debería ser que los Estados miembros obliguen a que al menos el 1,2% de los combustibles de transporte marítimo sean combustibles verdes para 2030. “Esto aseguraría todos los proyectos actuales que ya han recibido financiación y permitiría que más proyectos llegaran a la decisión final de inversión”, afirma la consultora, que además incide en que los ingresos provenientes del régimen de comercio de emisiones de la UE (ETS) deberían utilizarse para ayudar a los proyectos incipientes.
El pasado año, la UE aprobó la canalización de financiación estatal de varios gobiernos europeos para impulsar el desarrollo de estos nuevos combustibles. Hasta 1.400 millones de euros procedentes de Francia, Alemania, Países Bajos, Italia, Eslovaquia, España y Estonia se sumarán a otros 3.300 millones de financiación privada.
Este montante estará destinado a 13 proyectos para 11 empresas, entre ellos tecnologías de pilas de combustible que podrían generar energía destinada a los buques, incluyendo soluciones de almacenamiento a bordo.
EN DETALLE
En los próximos meses, irán entrando en servicio de forma paulatina los nuevos grandes portacontenedores encargados por las navieras en los últimos años. Estas nuevas unidades, más eficientes energéticamente, irán sustituyendo a los navíos más antiguos, que no pueden cumplir ni con la normativa ETS ni FuelEU Maritime. Consecuentemente, la oferta de carga total en el mercado marítimo irá disminuyendo.
España, a la cabeza de proyectos europeos
El informe de T&E revela que en lo que respecta a los proyectos de combustibles destinados al transporte marítimo, España encabeza la lista de países europeos. De hecho, alberga un tercio de los proyectos de suministro de combustible para este sector.
Esta situación se alinea, según el estudio, “con la nueva estrategia de seguridad marítima presentada por el gobierno español recientemente en donde se plantea el desarrollo de plantas fotovoltaicas de generación de hidrógeno verde como movimiento estratégico para contrarrestar la dependencia energética del exterior que, en 2022, se situaba en el 70%”.
También destaca la importancia de España como primer país en contribución a la Economía Azul de la Unión Europea en términos de empleo y de valor añadido bruto, con cifras superiores a los 944.000 empleos y una generación de más de 32.700 millones de euros.
Por otro lado, otro país relevante es Dinamarca que representa más de la mitad de los volúmenes de hidrógeno previstos en los 61 proyectos analizados por T&E. Por su parte, a pesar de su extenso litoral, el Reino Unido cuenta con muy pocos proyectos, mientras que T&E no encontró ninguno en Italia y Grecia.
A largo plazo, el amoniaco con cero emisiones parece ser la opción más popular, con un 77% de los volúmenes potenciales. Hasta la fecha, sin embargo, ninguno de estos proyectos ha recibido una decisión final de inversión.