Rosario Planas, de 66 años, vivía con su hijo de 33 años (con una discapacidad del 65% por una enfermedad mental) en un trastero de cinco metros cuadrados porque era el único inmueble que podía pagar después de ser desahuciada de su domicilio habitual, el pasado mes de octubre. La pasada semana, cuando la propietaria del trastero se percató de la situación, instó a Rosario Planas a abandonar de inmediato el trastero.
La mujer es usuaria habitual de El Puchero, una iniciativa social que se desarrolla en el barrio de Orriols y que tiene su réplica en el Distrito Marítimo con el Puchero Portuario, que precisamente gestiona Coordinadora Solidaria junto a Sanlúcar y mediante el que ofrecen menús diarios a familias sin recursos o en situación de exclusión social.
Está previsto que el Ayuntamiento de Valencia pueda aporta una solución habitacional a esta familia en los próximos días a través de la habilitación de un inmueble.