Desde principios de año, la inclusión del transporte marítimo en el comercio de derechos de emisión de la UE ha requerido la modificación del Reglamento MRV, que regula las obligaciones de seguimiento y notificación de las emisiones de las empresas navieras. Los barcos que entren en el alcance del comercio de derechos de emisión de la UE deberán contar con un plan de seguimiento verificado que será aprobado por la autoridad responsable de la gestión.
La implementación del sistema de límites y comercio de emisiones, que requiere que los armadores comprendan derechos de emisión de la UE (EUA) por las emisiones de CO2, ha generado un cambio significativo en la selección de buques, con una tendencia hacia los modelos más nuevos y eficientes en lugar de los más antiguos y menos eficientes. Se anticipa que esta tendencia se mantiene, ya que los armadores buscan reducir la carga financiera asociada con los costos de las emisiones.
El reciente estudio de Drewry ha subrayado que hay previsto un aumento notable de los costes de combustible debido al gasto añadido de las emisiones al marco del RCDE UE. Así lo ejemplifica: “Un buque Supramax construido en 2017 que opere sin depurador podría ver incrementados los costos de combustible en un 13% en 2024, y se prevén más aumentos para 2026. Este aumento tendrá un impacto directo en el mercado de transporte de mercancías en Europa”.