El buque, con capacidad para 650 pasajeros y hasta 140 vehículos, se vio sorprendido por dos veleros cuando estaba realizando las maniobras para entrar a puerto. Pese a los avisos sonoros del barco de Balèaria, las embarcaciones de recreo no se retiraron y el capitán del "Jaume III" no pudo evitar el choque.
Después de ser remolcado y tras las valoraciones pertinentes, se comprobó que el fast ferry no registró daños. Así, el incidente no alteró el tráfico marítimo y el barco pudo continuar la ruta con normalidad. Tampoco hubo que lamentar heridos.