En un contexto tan convulso como el que vive el transporte marítimo en general y el sector naviero en particular, las compañías consignatarias siguen creyendo en su papel esencial en el mercado.
Madrid. Para Julio Carrasco, presidente de la Asociación Española de Consignatarios de Buques (ASECOB), pese a los retos e incertidumbres, el rol del consignatario no va a cambiar sustancialmente a corto y medio plazo.
-¿Cuál es el papel del consignatario en la actualidad en un mercado con compañías navieras cada vez más grandes y con mayor presencia propia en todos los puertos?
Creo que lo que es intrínsecamente el papel del consignatario no va a cambiar sustancialmente en un futuro a corto o incluso medio plazo. Se mantendrá como hasta ahora, siendo los ojos y oídos de los armadores en los puertos.
El hecho del tamaño de las navieras y su indudable presencia propia en “algunos” puertos puede si acaso disminuir oportunidades, pero siempre “sólo” en algunos puertos y algunos casos.
No debemos olvidar que la mayoría de los puertos (en lo que a su número se refiere) los consignatarios no están haciendo frente a esa circunstancia que básicamente se circunscribe a los cuatro o cinco grandes puertos españoles y no en todos los casos... todavía....
¿Cuál es su valoración de la coyuntura actual del sector consignatario en España?
Entiendo que en la situación global de la profesión de consignatario se han dado en los últimos años (y en esto no tengo más remedio que decir “gracias a la labor de ASECOB”) pasos importantes, que no han hecho más que fortalecer la presencia e importancia del sector, tanto a nivel nacional como internacional, dada la participación de nuestra asociación en el plano europeo (ECASBA) y mundial (FONASBA) y por lo tanto dada nuestra presencia en las instituciones que entienden y defienden en ambos niveles a nuestro sector.
“En ningún caso las incertidumbres serán insalvables, ni en el desarrollo de nuevas tecnologías ni en la dependencia de la legislación comunitaria
¿Cómo valora las actuales incertidumbres?
Mi pregunta a su vez es: “¿Cuándo no las ha habido?”
Aún así, creo que en ningún caso serán insalvables, ni en el desarrollo de nuevas tecnologías, que no conllevará más que prepararse adecuadamente, ni en la “dependencia” que se derivará de la legislación comunitaria, que para eso estamos en los foros adecuados, eso por no mencionar otros frentes que están a la vista.
Para una compañía consignataria, ¿cuáles son ahora mismo lo principales retos competitivos y los factores claves de diferenciación y generación de negocio?
Para empresas pequeñas, como es el caso de la mía familiar, el desarrollo tecnológico es absolutamente primordial y para eso hay que dejar a las generaciones jóvenes que tomen el mando y el control.
También es verdad que en los puertos digamos “pequeños” la vinculación con el mundo empresarial del entorno suele tener unas raíces bien asentadas y eso ayuda enormemente y resultaría obvio resaltar que el servicio que se da a los clientes es, en muchos casos, más cercano y esmerado y creo que el cliente tiene la sensación de ser más valorado.
La atención a los problemas de los clientes y el interés en ayudar a resolverlos crea un vínculo comercial que ha tendido siempre a mantener firme y duradera esa relación. Esas son claves fundamentales de diferenciación y de generación de negocio.
¿Cómo valora la normativa desarrollada en los últimos años en España impulsada por ASECOB para regular la figura del consignatario en España?
Desde ASECOB hemos colaborado de forma muy cercana tanto con Puertos del Estado como con Marina Mercante o Aduana. Esa colaboración y cercanía al sector público nos ha dado la oportunidad de demostrar que nuestra participación activa en el desarrollo de nuevos proyectos iba, sin duda, a beneficiar el funcionamiento del sector marítimo en general.
No hemos defendido exclusivamente a los consignatarios, hemos tratado de plasmar lo que nuestra gran experiencia nos aconsejaba para modernizar las estructuras y los procedimientos en beneficio tanto de lo público como de lo privado en general y eso nos ha granjeado la confianza de las administraciones.
¿Cómo valora el impacto?
Qué duda cabe que las cosas no van siempre al ritmo que nosotros desearíamos pero sí es verdad que, aunque sea poco a poco, hemos avanzado mucho y firmemente.
En España disponemos desde 2019 del RDL 131/2019 de obligatoriedad de consignación, e internacionalmente tenemos las nuevas definiciones y requisitos de consignación recientemente actualizadas por IMO y UN-CEFACT.
“El Registro de Consignatario es un ‘milestone’ en nuestra profesión. Nunca los armadores habían tenido una referencia tan clara y diáfana para saber con quién pueden hablar de negocios con la certeza de que se cumplen todos los requisitos legales para ello”
¿Qué valor se le da al nuevo registro de consignatarios, una de las principales novedades? ¿Cómo se está desarrollando?
El Registro de Consignatario es un “milestone” en nuestra profesión. Nunca los armadores habían tenido una referencia tan clara y diáfana para saber con quién pueden hablar de negocios con la certeza de que se cumplen todos los requisitos legales.
Nuestro objetivo es que este Registro pueda ser tomado en consideración por organismos como BIMCO, por ejemplo, lo cual sería un auténtico espaldarazo para el mismo.
Desafortunadamente, limitaciones de la Administración central, a las que no han sido ajenas la pandemia, están demorando su plena implantación y publicidad, aunque ya hay cerca de 300 licencias registradas y continuamos trabajando con Marina Mercante para su efectiva puesta en funcionamiento.
“La cualificación es otro hito en nuestra profesión”
¿Qué potencialidad se le otorga a los trabajos que se están llevando a cabo para desarrollar la cualificación de consignatario en España y contar con una titulación y formación al respecto?
Este es otro hito en nuestra profesión. El trabajo realizado desde ASECOB con la inestimable colaboración e interés del INCUAL ha desembocado en una de las aspiraciones más importantes que hemos tenido los consignatarios desde hace muchos, muchos años.
Debemos recordar que todos los otros principales actores del mundo logístico contaban desde hace tiempo con esa obligatoriedad, que no hace más que ser un auténtico “filtro” para cualquiera que pretenda desarrollar nuestra profesión. Se ha conseguido un nivel de exigencia de profesionalización y preparación más que satisfactorio y sin duda eso va a tener una influencia determinante en el futuro de nuestra profesión. Permítanme insistir en que esto es un verdadero hito para los consignatarios.
¿En qué punto está el desarrollo de la cualificación ahora mismo? ¿Qué queda pendiente?
Los protocolos están absolutamente completados. Fue aprobada la cualificación por el Consejo General de Educación y FP el pasado noviembre y estamos simplemente pendientes de que el proceso administrativo que necesariamente ha de tener un paso de esta importancia se complete con la firma del Consejo de Ministros y su publicación en el BOE (ya está aprobado el anteproyecto de RDL). Naturalmente eso ya no depende de nosotros, aunque seguimos “empujando” para que se completen todos los pasos necesarios en el menor tiempo posible. Cruzamos los dedos.
“Aportamos de facto un enorme conocimiento del medio”
-¿Cuál es el valor diferencial que puede aportar el consignatario?
No cabe duda que el consignatario aporta de facto un enorme conocimiento del medio en el que trabaja y de su entorno tanto comercial como industrial e institucional y, aparte del servicio profesional que proporciona, esa circunstancia debería ser uno de los pilares en los que basar su fortaleza y marcar su valor diferencial.
“Con los transitarios, el respeto mutuo y el entendimiento de la labor de cada uno, tratando de no ‘pisar’ al otro, sería un buen principio”
¿Cuáles son los principales campos de potenciación y mejora del consignatario en su relación con los puertos?
Entiendo que todo de lo que hemos comentado a lo largo de esta entrevista debería influir en una mejora de las relaciones de los consignatarios con las autoridades portuarias, lo que sin duda redundaría en una mejora en el funcionamiento de los puertos y con ello de todos los temas que les atañen.
No quiero dejar de mencionar que, para eso, sería igualmente necesaria una profesionalización (y despolitización...) de los Consejos de Administración de las Autoridades Portuarias, en los que resulta obvio señalar que deberían estar, por ley, no sólo los consignatarios, si no todos los sectores que de verdad son los que hacen que los puertos funcionen. Me cuesta trabajo y me duele decir, aunque por mi edad creo que puedo hacerlo con claridad, que antes de la llegada de la democracia a España, esto ya era así y la verdad es que chirría bastante el que no lo sea ahora.
En cuanto a las relaciones con los transitarios y cargadores, ¿cuáles son a su vez los principales campos de potenciación y mejora?
Creo que en lo que a los transitarios se refiere, el respeto mutuo y el entendimiento de la labor de cada uno, tratando de no “pisar” al otro, sería un buen principio.
No quiero presumir, pero los consignatarios estábamos aquí mucho antes y hacíamos ya labores que hoy han asumido con inteligencia los transitarios, aunque también es verdad que en los puertos más pequeños casi todos los consignatarios somos también transitarios o agentes de aduanas y en muchos casos empresas estibadoras.
Por el rumbo que va tomando nuestro mundo, creo que la diversificación en un tema a tener muy en cuenta, dentro de las posibilidades de cada empresa.
En lo que se refiere a los cargadores, bueno, me remito a lo dicho anteriormente. Se trata de honestidad, servicio profesional y atención esmerada, nada nuevo. Es lo que tratan de hacer todos los comerciantes con sus clientes...
