El puerto de Palamós ha movido en 2002 un total de 194.403 toneladas, cifra que ha supuesto un crecimiento del 3% respecto al año 2021 y del 36% en comparación con el dato de 2019.
De la actividad comercial generada por la infraestructura portuaria gerundense el año pasado, destaca el incremento de dos productos de los mercados importadores: la pasta papel y los productos siderúrgicos. La barita, que pasa a ocupar el segundo lugar, es la tercera mercancía importada del puerto de Palamós. Asimismo, la biomasa y la colza que se destinan al mercado exportador, mantienen cifras similares en el año anterior. En cuanto a los tráficos, un 85% de los productos provienen del mercado importador y un 15% se destinan al mercado exportador.
El volumen de mercancías logrado durante el ejercicio 2022, se ha distribuido entre 71.251 toneladas de pasta de papel (37%), 61.597 toneladas de barita (32%), 32.199 toneladas de productos siderúrgicos (16%), 17.230 toneladas de biomasa forestal (9%), y 12.126 toneladas de semillas de colza (6%).
Pasta de papel
La pasta de papel, con un 37%, se sitúa al frente de las mercancías movidas en el puerto de Palamós durante el año 2022. Esta mercancía se importa de países de Sudamérica, Norteamérica y Europa y con ella se elaboran productos como pañuelos de papel, pañales, compresas y papel higiénico, entre otros.
La barita, con un 32%, se ha situado en segundo lugar. Este mineral se utiliza como componente para dar consistencia a las pinturas, blanquear la cerámica o dar resistencia al vidrio, entre otros. Se importa de los países del Magreb y de China. Un tráfico, este último, que se ha recuperado en Palamós después de casi una década sin llegar. Volvió el 2021 y ha continuado el 2022.
Los productos siderúrgicos, con un 16%, ocupan el tercer lugar del ranking. Se trata de barras, tubos y perfiles de acero, materiales usados principalmente en la construcción. El 2021, se incorporó un nuevo tráfico, los corros de acero, un producto que se han continuado importando el 2022. Estos corros se usan, por ejemplo, para hacer las teles metálicas de acero para cubrir los taludes y evitar así desmoronadas.
La biomasa forestal se exporta principalmente a Francia e Italia, donde las centrales eléctricas la transforman en energía verde.