Así lo subrayaron ayer Belén Wangüemert, directora general de Royal Caribbean en España y Francia, y Alberto Pons, presidente de la Autoridad Portuaria de Baleares, en una rueda de prensa en la que también participó Mateo Isern, alcalde de Palma de Mallorca. "La elección de Palma como puerto de escala del barco más grande del mundo supone, además de una gran satisfacción, un reconocimiento al esfuerzo inversor y de promoción que estamos realizando desde la Autoridad Portuaria de Baleares", manifestó Pons. Belén Wangüemert, por su parte, destacó el gran impulso que la llegada de un barco de este tipo supone para el sector turístico y para los negocios vinculados directamente con la actividad crucerística. Wangüemert indicó que el "Allure" llevará a Palma a unos 139.000 pasajeros. El alcalde de Palma de Mallorca subrayó que "gracias a la infraestructura del puerto y al cambio que ha experimentado la ciudad, Palma se ha convertido en un destino muy atractivo para el turismo de cruceros, una capital de referencia en el Mediterráneo, tal como confirma la decisión estratégica de Royal Caribbean de apostar por nuestra ciudad". Isern añadió que "Palma lo tiene todo ya que cuenta con una oferta puntera, de calidad, imaginativa y diferenciada los 365 días del año". La llegada del "Allure of the Seas" a Palma está prevista para mayo de 2015 y estará operando hasta mediados del mes de octubre.