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El Puerto de Bilbao afronta una nueva etapa con inercia positiva pero con asignaturas pendientes

La AP de Bilbao prepara el relevo en la presidencia. En unos días, el BOE publicará el nombramiento de Asier Atutxa, sustituyendo a José Ramón de la Fuente, quien ha presidido la entidad durante los últimos tres años, siete meses y unos pocos días. Tiempo suficiente para unas cosas aunque no tanto para otras. Atutxa recoge un puerto saneado económicamente y en constante transformación, con proyectos ya ejecutados y otros en marcha; un puerto volcado en la labor comercial y que apuesta por ampliar su influencia pero que, al mismo tiempo, continúa arrastrando el estigma de la conflictividad en el transporte terrestre. Y tanto antes como ahora, con la crisis como telón de fondo.

  • Última actualización
    29 septiembre 2018 02:09

Las fotografías aéreas son un buen reflejo de la evolución de un puerto. Nos muestran nuevos muelles y diques, nuevas láminas de agua, atraques y terrenos ganados al mar. Evidencian crecimiento físico e inversión. Y si la fotografías muestran buques amarrados en los nuevos atraques y naves en los muelles, prueban actividad, crecimiento económico y riqueza.La ampliación del Puerto de Bilbao comenzó en 1992 y aún no ha finalizado. Desde 2009 hasta hoy la fisonomía del puerto bilbaíno ha seguido cambiando, como lo atestiguan las fotografías aéreas de entonces y de ahora. En este período han concluido las obras de dos nuevos muelles comerciales (AZ-3 y AZ-2), iniciadas ya en el mandato de José Ángel Corres, lo que ha supuesto 528.000 nuevos metros cuadrados y 1.254 metros de línea de atraque.De igual forma, se ha iniciado la obra de prolongación de Punta Sollana para impulsar tráficos de la zona y reducir efectos del oleaje. Estas y otras obras son capitales, indispensables para sentar las bases del futuro, pero al fin y al cabo, muestran solo la piel del puerto. En el balance de los últimos cuatro años del Puerto de Bilbao, las cifras de metros cuadrados y lineales, de millones de euros invertidos, con ser importantes, no bastan por sí solas.Tráficos: cara y cruzLos tráficos, el auténtico músculo del puerto, han retrocedido significativamente en estos años de crisis, desde los 39,3 millones de toneladas de 2008 (en 2007 se alcanzó el récord histórico con 40 millones), hasta los 29,5 millones de toneladas movidas en 2012. Es decir, durante el mandato de José Ramón de la Fuente, el tráfico de mercancías en el Puerto de Bilbao ha caído un 25%, perdiendo una de cada cuatro toneladas. A simple vista, el dato resultaría catastrófico si no fuera porque la mayoría de las toneladas pérdidas corresponden a los graneles líquidos, fuertemente dependientes de la refinería de Petronor.El tráfico de contenedores, sin embargo, marcó en 2012 un nuevo récord con un total de 610.131 TEUs, gracias fundamentalmente a la fortaleza de las exportaciones, que ha permitido durante estos años el mantenimiento de la plantilla de estibadores, que a mediados de 2009 estaba abocada a un ERE y a la posibilidad de despidos, medidas que finalmente no se llevaron a efecto tras un proceso de diálogo en el que José Ramón de la Fuente jugó un activo papel.Apertura de mercadosCuando De la Fuente asumió la presidencia en junio de 2009, el Puerto de Bilbao acusaba ya los efectos de la crisis en forma de pérdida de tráficos y desde entonces el enclave ha ido perdido peso también en las rutas transoceánicas. En su primera entrevista concedida a un medio de comunicación, precisamente a Diario del Puerto, De la Fuente se mostraba determinado a revertir dicha situación. “Vamos a salir a abrir mercados”. Ello se tradujo en numerosos viajes realizados al extranjero, tanto a través de la participación de la Autoridad Portuaria en las misiones comerciales impulsadas por UniportBilbao, como en misiones del Gobierno Vasco o en viajes exclusivamente organizados por la Autoridad Portuaria.Apuesta ferroportuariaEn lo que se refiere al mercado interior, a la ampliación de su hinterland, la estrategia del Puerto de Bilbao ha ido estrechamente ligada a la potenciación de los tráficos ferroportuarios, para lo que se tomaron importantes decisiones al respecto. Alguna de ellas muy controvertidas, como la apuesta por situar una terminal logística ferroportuaria en la zona de influencia de la Meseta, concretamente en la localidad burgalesa de Pancorbo, a escasos kilómetros de la plataforma logística alavesa de Arasur, decisión que provocó un intenso debate político-territorial, aún no del todo cerrado.José Ramón De la Fuente, principal valedor de esta apuesta, ya había dejado claro desde un principio que la Autoridad Portuaria de Bilbao, “será la que lidere los proyectos porque todas aquellas cosas en las que eres copartícipe funcionan, sí, pero lo mejor es liderar la situación para que el beneficiario sea el Puerto de Bilbao en su conjunto”. La decisión de ubicar la terminal en Pancorbo fue tomada por el Consejo de Administración de la AP de Bilbao en diciembre de 2010 y, tras la compra de terrenos y cumplir los trámites administrativos reglamentarios, las obras comenzarán en 2013.Al mismo tiempo, el impulso a los tráficos ferroportuarios se concretó a través de su apuesta por Júndiz (Vitoria-Gasteiz) a través de Vitoria Depot, con la puesta en servicio de dos o tres trenes semanales, según demanda. Además, durante su mandato se han dado los primeros pasos posicionar al Puerto de Bilbao en PLAZA (Zaragoza), Mérida y Murcia.A pesar de todo, estos últimos cuatro años no han resuelto uno de los principales frenos al desarrollo del Puerto de Bilbao y, concretamente, del tráfico ferroviario, como es la Variante Sur Ferroviaria (VSF), un proyecto eterno del que solo el Ministerio de Fomento podrá decir cuándo y cómo hacer realidad. A este respecto, en octubre de 2009, De la Fuente pedía “efectividad” para que la VSF fuera un proyecto “ex-profeso para las necesidades de un puerto como el del Bilbao”.