La cifra de estudiantes extranjeros ha ido creciendo paulatinamente desde los inicios de la Escola. Mientras en los cursos denominados 2e3S, entre los años 2006 y 2008, los alumnos españoles representaban el 63% del total, en los cursos GLAD, de 2009 a 2011, este porcentaje bajó al 48,5%.En los cursos LIFE, que empezaron a impartirse en 2012, los alumnos españoles se sitúan en torno al 44%, un porcentaje que volverá a descender este año, ya que por el momento hay previsto un significativo número de cursos destinados a estudiantes procedentes de otros países.Además, ha crecido de forma significativa el número de alumnos de países como Holanda, Bélgica o Francia, “territorios muy vinculados a la logística, por lo que para nosotros es importante recibir a gente de allí que viene a formarse aquí”, explica Eduard Rodés.Buena prueba de esta constante internacionalización de la Escola es el hecho de que el primer curso de este 2013 está destinado a alumnos portugueses y a éste le seguirá un curso para estudiantes holandeses. Pero los alumnos extranjeros de la Escola no vienen solo de Europa, sino que también lo hacen estudiantes procedentes de países tan lejanos como México, Perú, Camerún o China.El reto del WHITEEste año, la Escola Europea de Short Sea Shipping afronta un nuevo reto, la autofinanciación. Hasta ahora, la entidad basaba buena parte de sus ingresos en subvenciones procedentes de la Unión Europea (UE) pero ahora “vamos a combinar cursos con ayudas y cursos sin ellas”. Eduard Rodés explica que “tenemos un formato de cursos enormemente efectivo y en las clases hay una sensación de aventura que genera una estrecha relación entre la gente que participa”.El proyecto lleva el nombre de White Paper Holistic Intermodal Training on Transport in Europe (WHITE) y debe llevar a la escuela a la plena madurez en materia económica.La idea es clara. “Hay que poder defender la oferta formativa que ofrecemos sin subvenciones. Creemos que los cursos de marítimo se pueden mantener independientemente de las ayudas porque despiertan mucho interés”, asegura Eduard Rodés. En el caso de los cursos ferroviarios, “estos son más caros y complejos y aquí es interesante contar con la complicidad de los operadores para facilitar su organización”, añade el responsable de la Escola.Eduard Rodés recuerda que los cursos no solo sirven para formar a los alumnos, sino que además uno de sus objetivos principales es “incrementar el tráfico de los medios de transporte que tratamos, bien short sea shipping o bien ferrocarril. Buscamos que la gente tenga conocimiento de estos modos para que los utilicen más”.Además de la formación, la Escola Europea de Short Sea Shipping ofrece también servicios de consultoría y asesoramiento en tramitación de subvenciones, de forma que se ayuda y se colabora con empresas del sector.Y “seguimos intentando ayudar a desarrollar la formación en logística en otros ámbitos”, concluye el director de la entidad.