Menú
Suscripción

ESTADOS UNIDOS · Guerra (comercial) total

  • Última actualización
    07 marzo 2025 05:20

El reciente inicio del segundo mandato de Donald Trump como presidente de Estados Unidos está generando expectativas y preocupaciones significativas en la política mundial, especialmente en las relaciones con Europa y China. Las políticas anunciadas, centradas en el incremento de aranceles y un enfoque proteccionista, van a repercutir en sectores clave como son la logística, el transporte y el comercio internacional.

Madrid. Sin solución de continuidad, esta semana hemos visto cómo Trump suspende la ayuda militar a Ucrania para presionar a Zelenski; cómo se ponen en marcha los aranceles del 25% a México y Canadá; e incluso cómo se anuncia que habrá, además, aranceles a los productos agrícolas a partir del 2 de abril. Tales noticias se suman a las ya conocidas en cuanto a la voluntad de Trump de apropiarse de Groenlandia, apoderarse de los minerales de la tecnología en Ucrania, renombrar el Golfo de México como Golfo de América, recuperar el Canal de Panamá o construir casinos en Gaza. “Y esto es apenas el comienzo”, pronunció Donald Trump, durante su discurso ante las Cámaras el pasado martes, aplaudido por el vicepresidente, J. D. Vance y el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson.

Una de las medidas mas destacadas de la nueva administración es la implementación de aranceles universales que oscilan entre el 10% y el 20% sobre todas las importaciones, con tasas específicas que podrían alcanzar hasta el 60% en ciertos productos provenientes de China. Esta estrategia busca proteger las industrias estadounidenses, encareciendo los productos extranjeros y alentando a los consumidores a optar por bienes de producción nacional. La administración argumenta que estos aranceles ayudarían a reducir el déficit comercial, proteger empleos e incentivar la relocalización de la fabricación en Estados Unidos. Además, se ha propuesto renegociar el Acuerdo entre Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC), utilizando el pacto comercial como herramienta para influir en áreas como la seguridad nacional y la inmigración. Este enfoque refuerza la agenda proteccionista de Trump, buscando devolver a Estados Unidos su posición hegemónica mediante políticas que priorizan los intereses nacionales.

La imposición de nuevos aranceles por parte de Estados Unidos afecta directamente a la Unión Europea y se estima que hasta una cuarta parte de las exportaciones españolas podrían verse afectadas por aranceles del 25%

Relaciones EE.UU.-Europa

La imposición de nuevos aranceles por parte de Estados Unidos afecta directamente a la Unión Europea. Se estima que hasta una cuarta parte de las exportaciones españolas a EE.UU., valoradas en aproximadamente 4.300 millones de euros, podrían verse afectadas por aranceles del 25%. Sin embargo, el impacto en el PIB español sería limitado, alrededor del 0,27%.

Los sectores más afectados incluyen maquinaria, herramientas, motores, medicamentos, plásticos y productos agroalimentarios, especialmente el aceite de oliva y el vino, cuyas tasas se verán incrementadas.

Por su parte, Francia y España han expresado la necesidad de una respuesta unida de la Unión Europea ante las medidas arancelarias de Estados Unidos. Líderes europeos como Emmanuel Macron y Pedro Sáchez han manifestado la importancia de una respuesta coordinada para contrarrestar las políticas proteccionistas de Trump.

En lo que se refiere a defensa, la administración republicana de Trump también ha mostrado reticencia a brindar garantías de seguridad a Ucrania frente a la agresión rusa, lo que sitúa a Europa ante el desafío de asumir un rol más proactivo en la defensa y seguridad del continente. Esta situación obliga a la Unión Europea a considerar una mayor integración política y avances hacia una autonomía estratégica en defensa. Francisco Aranda, presidente de UNO, trasladó a Diario del Puerto que “la propuesta de Trump debería empujar por fin a Europa a construir una auténtica unidad de mercado y un continente realmente potente”.

Relaciones EE.UU.-China

La guerra comercial entre Estados Unidos y China se intensifica con la imposición de aranceles adicionales. Estados Unidos ha anunciado aranceles que suman 1.500 millones de dólares en importaciones provenientes de China, con gravámenes que alcanzan hasta el 25%. Estas medidas buscan abordar prácticas comerciales desleales y el robo de propiedad intelectual percibidos por la administración estadounidense. Ante esta situación, el gigante asiático responde anunciando medidas para contrarrestar los aranceles, lo que ha generado tensiones comerciales a nivel global y afectado a las economías involucradas. La situación ha desatado incertidumbre en el comercio internacional, lo que impactaría en las cadenas de suministro y en la logística global. En consecuencia, esto podría resultar en un encarecimiento de los productos, afectando tanto a las empresas como a los consumidores finales.

La implementación de aranceles elevados por parte de Estados Unidos anticipa una escalada de tensión en las cadenas de suministro. Se espera un incremento del tráfico de mercancías para esquivar el coste de los aranceles, lo que influirá en el precio de los fletes y en la evolución de la inflación. Este fenómeno ya se observó́ tras la pandemia, cuando la apertura de rutas comerciales llevó a un aumento desmesurado de la demanda y, consecuentemente, de los precios de fletes y contenedores. Las industrias con una logística transfronteriza compleja, como la química y la automotriz, podrían enfrentar mayores costes debido a los aranceles, especialmente si se imponen a países como México. Esto obligaría a las empresas a reevaluar sus estrategias de abastecimiento, acelerando tendencias hacia la deslocalización o repatriación de la producción. Además, la volatilidad en los flujos comerciales podría afectar negativamente a la eficiencia de las cadenas de suministro globales.

Las políticas arancelarias de Trump han generado críticas a nivel internacional. Por ejemplo, el Premio Nobel de Economía, Eric Maskin, ha advertido sobre los efectos negativos de estas medidas en la economía global, sugiriendo que Europa podría asumir un liderazgo en este contexto. Maskin también expresó́ su oposición a las criptomonedas privadas y su optimismo sobre el uso de la inteligencia artificial para el crecimiento económico.

En el ámbito financiero, la incertidumbre generada por la guerra comercial ha llevado a recomendaciones como la amortización anticipada de hipotecas, considerando la inestabilidad y volatilidad en los mercados. El medio “The Economist” sugiere que, ante la situación actual, los ciudadanos “reconsideren sus estrategias financieras” para mitigar posibles impactos económicos.

El enfoque proteccionista de Trump plantea desafíos significativos para el comercio internacional y las relaciones diplomáticas. La Unión Europea se enfrenta al reto de mantener la unidad y responder de manera coordinada a las políticas estadounidenses, mientras que China busca contrarrestar las medidas para proteger su economía.

Empresas logísticas advierten que la volatilidad en las tarifas aduaneras impactará en los costes operativos

En este escenario, las grandes corporaciones internacionales están considerando cambios drásticos en sus estrategias de abastecimiento. Por ejemplo, algunas compañías con fuerte dependencia de las manufacturas chinas ya están acelerando sus planes de “nearshoring” (el proceso de trasladar la producción a países más cercanos a los mercados de consumo). Y México y el sudeste asiático podrían convertirse en destinos clave para mitigar los riesgos asociados con los aranceles estadounidenses. Igualmente, las tensiones comerciales con Europa también podrían transformar el panorama logístico. El incremento de aranceles sobre productos europeos podría empujar a las empresas a buscar rutas alternativas o a diversificar sus fuentes de suministro. Empresas logísticas, como Maersk o DHL, han advertido que la creciente volatilidad en las tarifas aduaneras impactará́ en la planificación a largo plazo y en los costes operativos.

Las cadenas de suministro

La política comercial de Trump está obligando a las empresas a repensar sus cadenas de suministro globales. Las compañías que dependen de piezas y componentes provenientes de múltiples países (como las automotrices, las tecnológicas y las químicas) están explorando la posibilidad de acortar sus cadenas de suministro, buscando proveedores nacionales o en países aliados.

En el caso de la industria automotriz, los aranceles podrían incrementar el precio de los vehículos fabricados tanto en EE. UU. como en Europa. Marcas como BMW, Volkswagen y Ford ya han advertido que las tarifas adicionales podrían aumentar los costes de producción, afectando los precios finales para los consumidores. Un informe de la Asociación Nacional de Concesionarios de Automóviles de EE.UU. estima que los aranceles podrían añadir entre 2.000 y 5.000 dólares al precio de cada vehículo.

En el ámbito financiero, la incertidumbre generada por la guerra comercial ha llevado a recomendaciones como la amortización anticipada de hipotecas, considerando la inestabilidad y volatilidad en los mercados

En cuanto a la industria tecnológica, las compañías estadounidenses que dependen de componentes chinos (como microchips y baterías) podrían enfrentar serios problemas. Gigantes como Apple y Qualcomm exploran trasladar parte de su producción a India o Vietnam, tratando de reducir su exposición a las represalias comerciales chinas. No obstante, la guerra comercial con China no es solo una cuestión económica sino que refleja una lucha por ocupar el dominio de la industria tecnológica y militar. Ejemplo de ello es el aumento de los aranceles y las restricciones a las tecnológicas chinas, como Huawei o TikTok, que son parte de una estrategia más amplia para limitar el acceso de China a tecnologías clave, como la IA o semiconductores.

Aceite y vino: en foco

Los productos agroalimentarios serán víctimas de ver incrementadas sus tasas arancelarias con EE.UU. a partir del próximo 2 de abril. Según los datos de comercio exterior aportados por el Ministerio de Economía, Comercio y Empresa, dicha medida pone en riesgo entre 3.500 y 3.800 millones de euros anuales en el conjunto de las exportaciones españolas.

Rafael Pico, director adjunto de la Asociación Española de la Industria y el Comercio Exportador del Aceite de Oliva (ASOLIVA) alerta que Estados Unidos es un destino “insustituible”, pues abarca el 50% del consumo mundial fuera de la Unión Europea.

Junto al aceite de oliva, el vino y la aceituna de mesa también resultarían principalmente afectados.

África: colonialismo y proyección logística

Donald Trump ha decidido prescindir de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), encargada de atender labores humanitarias anivel global, pero considerada por el presidente como “una agencia incompetente y corrupta”, además de “generar pérdidas para las arcas del Estado”. Si Estados Unidos retira su ayuda a proyectos cooperativos podría ser aprovechado por otros actores internacionales como China, Irán o Rusia. Soraya Aybar Laafou, politóloga y directora de África Mundi, ha manifestado que “existe una preocupación en la concienciación africana de que siempre han sido dependientes”. En el contexto económico, la Región de los Grandes Lagos (Ruanda, Burundi, Uganda y partes de la República Democrática del Congo, Tanzania y Kenia) significa un escenario clave en la disputa del control de los minerales, como los empleados en la industria tecnológica. De hecho, República Democrática del Congo dispone de reservas de diamantes, cobalto o coltán, entre otros, que generan interés internacional y está por ver la posición de Estados Unidos. En un continente absolutamente en expansión comercial y sobre todo logística, estas decisiones pueden tener implicaciones.

“Los aranceles producirán una recesión a nivel global”

El vicepresidente de la CEOE, Íñigo Fernández de Mesa, ha detallado a Diario del Puerto algunas consecuencias que puede generar la política económica de Trump a nivel internacional. Concretamente los aranceles los considera “muy perniciosos”.

¿Qué primeras impresiones le causa la llegada de Trump?

La política de Trump sigue tres ejes: el de la bajada de impuestos, que incluye la reducción de gastos y aumento de aranceles; desregular la economía; y una política antinmigratoria. Si nos centramos en aranceles, Trump los usará para aumentar los ingresos, la producción nacional y, sobre todo, como elemento negociador. Sin embargo, los beneficios serán limitados y a corto plazo, en caso de haberlos, pues los aranceles son muy perniciosos y nunca servirán como fuente de ingresos.

¿Prevé una mejora de los datos económicos de EE.UU. con las políticas de Trump?

En tanto en cuanto se disminuya el comercio bajarán los ingresos. Con aranceles no se financia el IRPF americano. Igualmente, es complicado que la producción aumente porque ya se encuentra en una situación de pleno empleo, sería a costa de reducir bienes no comercializables, como servicios que consumen los americanos. La filosofía de Trump es cerrar el déficit exterior americano, pero este no se debe tanto a que Estados Unidos se halle en una posición discriminada arancelariamente, sino que no podemos olvidar que el déficit exterior del país es del 6% del PIB, y esto no se corrige con aranceles. Con aranceles se producirá una recesión a nivel global, además de poder generarse inflación, lógicamente, pues se encarecerán las importaciones y el coste de los productos internos.

¿Qué consecuencias pueden traer los aranceles a México y Canadá?

Esto puede generar una caída muy fuerte de las bolsas. Lo normal es que a los países a los que se imponen aranceles tomen medidas en efecto contrario. Es decir, Canadá y México reaccionarán en la dirección opuesta. Se está produciendo una ruptura del multilateralismo, antes los aranceles se negociaban y ahora son acuerdos bilaterales que generan mucha incertidumbre en las empresas.

¿Cómo reaccionarán las cadenas de suministro?

Las empresas tratarán de usar de forma óptima sus impresiones y producciones allá donde se minimice el coste arancelario, y esto afectará a las cadenas de suministro. Para las economías grandes, como puede ser la europea, lo más seguro es relocalizar las cadenas de suministro interiormente. Seamos conscientes de que Europa son 500 millones de habitantes, 500 millones de consumidores y mucha capacidad de producción.

¿Qué supone esa relocalización del comercio?

Nos encontramos en una coyuntura donde resulta más importante la seguridad del suministro que los costes. Esto tendrá un impacto en el comercio internacional, dando lugar, posiblemente, a cadenas de suministro más cortas y costes más altos.

¿Y la relación entre Europa y EE.UU.?

Estados Unidos es el principal socio comercial de la Unión Europea, es muy importante para nuestro continente. Si el comercio con Estados Unidos se cae, habrá que buscar nuevos mercados, por ejemplo, el acuerdo con México, el acuerdo con Mercosur, o con China y otros países asiáticos. La Unión Europea debería de tratar de diversificarse y expandirse. Entonces, Estados Unidos, que son 150 millones de habitantes, tendrá el riesgo de quedarse totalmente aislado.

¿Qué medidas debería de tomar Europa?

Abrirse al mundo a la vez que consolidarse internamente.