El proyecto de una conexión ferroviaria moderna entre Santander y Bilbao, que permitiría a los pasajeros y mercancías de Cantabria acceder de forma directa a Francia y el mercado europeo, sufrió la pasada semana (dos días después de esta entrevista) un duro revés con la decisión definitiva por parte de la Comisión Europea de no incluir esta conexión en la Red Básica Ampliada de las líneas transeuropeas. El tren rápido Santander-Bilbao estaba pensado para reducir el tiempo de viajes de tres horas a 60 minutos y para aumentar también la capacidad para el tránsito de mercancías por vía ferroviaria.
Se trata de una mala noticia para Cantabria, que viene reclamando desde la pasada legislatura que esta infraestructura sea incorporada al mapa comunitario como un ramal del Corredor Atlántico y que ve ahora cómo se pierde la principal oportunidad para que las obras se acometan a corto o medio plazo. Ahora, el Ministerio de Transportes no podrá optar a la financiación del Mecanismo Conectar Europa, dotado con 33.700 millones de euros de aquí a 2027, y el Gobierno de España debería asumir el proyecto con fondos propios,, sin ayuda exterior. El anteproyecto presupuesta la obra en unos 2.000 millones de euros.