madrid. Arranca 2024 y en el sector logístico esta vez no solo hay que decir “¡Feliz año!”, sino que toca ante todo decir “¡Feliz ETS!”, dentro del ánimo de lograr lidiar adecuadamente con el impacto de la inclusión del transporte marítimo dentro de un sistema del que no preocupan tanto los recargos y las penalizaciones económicas a la carga final, sino que el gran temor es la huida de las escalas de transbordo de determinadas navieras para evitar el impacto en sus costes, con graves consecuencias en la conectividad y la competencia logística de algunos de los puertos más importantes del Mediterráneo. En las próximas semanas/meses se empezarán a constatar los principales efectos.