La empresa adjudicataria dispone de un plazo de dos meses, ampliable a ocho, para realizar las reparaciones básicas imprescindibles y conseguir los permisos necesarios, para poder realizar su traslado al país africano.
El trayecto hasta su próximo destino, de aproximadamente 2.000 millas náuticas, lo haría propulsado por un remolcador, y una vez allí sería acondicionado en profundidad por unos astilleros, para continuar su uso como restaurante y sala de fiestas.