Mediante las obras se pretende acometer la solución de los importantes problemas de capilaridad que afectan al edificio principal, así como adaptarlo a las condiciones que exige la normativa en materia de construcción (Código Técnico de la Edificación) en los aspectos en que ello sea compatible con sus valores patrimoniales. Y, en todo caso, en lo que tenga que ver con la seguridad para las personas.
Igualmente procede a la puesta en valor del edificio mediante la rehabilitación de este, restituyendo sus condiciones originales. Se va a trabajar en especial en la envolvente del faro, donde se interviene en los diferentes paramentos devolviéndole su condición material en todos los elementos de piedra, que han sido falseados con la ejecución de pinturas plásticas que los han ocultado.
Se acondiciona completamente el edificio para adecuarlo a nuevos usos, mejorando sus condiciones de habitabilidad, sin alterar en términos de volumen la envolvente exterior, la composición de fachadas, configuración general ni la estructura básica originales y se acometen demoliciones parciales para la reestructuración del mismo.