VALENCIA. Pérdida de competitividad, reducción del negocio de transbordo (transferencia de carga de un barco a otro), fugas de carbono y desvío de barcos a puertos no europeos (pero muy cercanos a recintos comunitarios). Estos son los riesgos que ha detectado Valenciaport en la inminente puesta en marcha de la tasa medioambiental europea -Emissions Trading System (ETS)- que se aplicará de forma gradual desde este año hasta su total implantación en 2026.
En este sentido, la Autoridad Portuaria de Valencia (APV) alerta a la Comisión Europea de los previsibles cambios de ruta de los buques de origen asiático y americano -con la inclusión de una parada en un recinto cercano a Europa, pero no comunitario- para pagar menos impuestos por derechos de emisión. “Hay que garantizar que no se producen fugas de carbono vinculadas a la reordenación de las redes marítimas”, señala la APV en sus alegaciones.
Por ello, con el objetivo de crear un listado con los puertos que podrían ser utilizados con este fin, Valenciaport ha identificado los recintos a monitorizar. Además, reclama en sus alegaciones que se apliquen las tasas medioambientales a los barcos que hagan parada en ellos. De esta forma, se garantizaría la competitividad de los puertos europeos y españoles y se aseguraría la aplicación de medidas a favor de la reducción de emisiones.
Y es que, esta reordenación de rutas supondrá la pérdida de competitividad de los recintos comunitarios que reducirán el negocio de transbordo actual de manera inminente a favor de dos puertos de fuera de la Unión Europea: Tanger Med (Marruecos) y East Port Said (Egipto). Por ello, según señala en sus alegaciones, “la Autoridad Portuaria de Valencia está totalmente de acuerdo con la inclusión de ambos en virtud de la Directiva 2003/87/CE del Parlamento Europeo y del Consejo”.
Asimismo, Valenciaport también prevé que el puerto turco Tekirdag Asyaport -otro de los recintos no comunitarios pero muy cercanos a Europa- también es susceptible de convertirse en el corto plazo en un recinto que capte negocio de transbordo -que ahora mismo se realiza en puertos europeos-. Por ello, pide a la UE que sea incluido en la lista de puertos a monitorizar ya que “cumple los criterios fijados por la Directiva al estar situado a menos de 300 millas náuticas de un puerto bajo jurisdicción de un Estado miembro”.
Además, la APV solicita que se valore incluir otros puertos que podrían ser utilizados por las navieras con el mismo fin: Ambarli, Aliaga, y Mersin (Tuquía); Ashdod y Haifa (Israel); y Beirut (Líbano). Y que se controle el crecimiento de los recintos de Damietta II (Egipto), Nador West Med (Marruecos) y Cherchell (Argelia). “Entendemos que la UE debe prestar la debida atención a la evolución de otros puertos situados en el área mediterránea ya que cuentan con capacidad operativa instalada que los convierte en potenciales enclaves a los que podrían derivarse importantes volúmenes de transbordo”.
Así lo ha señalado la APV en sus alegaciones a la iniciativa europea ETS (emissions trading system) que prevé el cobro de derechos de emisión a las navieras en base a la ruta del buque: trayectos más largos supondrán una tasa mayor y viceversa.