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La comunidad portuaria de Valencia se reúne en el XXV Aniversario del accidente del “Proof Spirit”

Hoy, 3 de julio, se cumplen 25 años de uno de los mayores accidentes laborales ocurridos en la Comunitat Valenciana. En este día en 1997, 18 trabajadores de la entonces denominada Unión Naval de Levante perdían la vida por una explosión en el interior del buque “Proof Spirit” en el que trabajaban.

La comunidad portuaria de Valencia se ha reunido esta mañana para homenajear a los 18 trabajadores fallecidos, en un acto organizado por el sindicato CC.OO. “La vida de una persona vale más que cualquier beneficio económico”, ha declarado Manolo Querol, presidente del comité de empresa.

“Seguimos reivindicando la necesidad de tener una ley de prevención de riesgos laborales que verdaderamente proteja la seguridad y la salud de las personas”, han señalado desde CC.OO.

Durante el acto, se ha colocado una placa conmemorativa en los jardines de la estación marítima con un mensaje conmemorativo a los afectados: “En recuerdo a los 18 trabajadores fallecidos en el accidente laboral del buque ‘Proof Spirit’ el 3 de julio de 1997. XXV Aniversario. Puerto de València. 3 de julio de 2022”.

Esta ubicación será temporal, ya que una vez culminen las obras de la futura terminal de pasajeros del Puerto de Valencia, la placa se reubicaría de forma definitiva en el interior de la misma.

Así ocurrió

La deflagración a bordo del buque “Proof Spirit” se produjo como consecuencia de la acumulación de vapores y gases y una fuga de gasóleo mientras se cargaba combustible en los depósitos del barco, que estaba a punto de ser botado. La mayoría de los 18 fallecidos murió debido a una ráfaga de aire incandescente que les abrasó por dentro. En total, en la construcción del buque trabajaban alrededor de 200 empleados esa misma mañana, tal y como reflejan las crónicas de la época. La densa humareda y las altas temperaturas producidas por el incendio impidieron una acción más inmediata de los equipos de salvamento y rescate en los primeros momentos del accidente, según reconocieron en ese momento varios miembros del Cuerpo de Bomberos.

Ocho años después del siniestro, una sentencia establecía una condena de dos años de prisión para el encargado de la sala de máquinas, mientras que su ayudante y el responsable de seguridad aceptaron penas de un año y medio. Todos ellos fueron inhabilitados durante tres años.