VALENCIA. La compañía ha señalado que, sin embargo, “desde la perspectiva de la cadena de suministro, también debemos tener en cuenta las distancias recorridas, de ahí que prefiramos medir la demanda en TEUS por milla. Aunque el desplome de la demanda en este aspecto se detuvo en febrero de 2023, no puede decirse que haya repuntado, ya que la tasa de crecimiento se sitúa esencialmente en torno a cero.
Sea-Intelligence señala que cabría “preguntarse si se ha producido un auténtico desplome de la demanda o si se trata simplemente de un artefacto de un cálculo interanual sesgado”. “Sin embargo”, añade, “incluso cuando hacemos una comparación anualizada con 2019 (el último año prepandémico), vemos efectivamente los mismos resultados. Por supuesto, visto desde la perspectiva financiera de los transportistas, es el crecimiento de la demanda en las rutas cabeceras es el elemento más importante para el crecimiento de la demanda global”.
La consultora ha destacado que también en el caso de las rutas cabeceras “vemos cómo se ha frenado claramente el desplome de la demanda y, aunque se encuentra en un nivel bajo, el crecimiento interanual de la demanda ha sido positivo durante tres meses consecutivos. Pero la evolución mundial no es ciertamente uniforme en los distintos tráficos”.
“Las importaciones europeas siguen repuntando, mientras que las exportaciones siguen disminuyendo, lo que significa un empeoramiento de la balanza comercial y, por tanto, una menor utilización de las exportaciones y una presión a la baja de los fletes”, subraya Sea-Intelligence.
“En cuanto a las importaciones norteamericanas, el desplome de la demanda muestra débiles signos de atenuación, mientras que las exportaciones también se sitúan en terreno negativo. Esto apunta a una mejora de la balanza comercial norteamericana”, concluye.