Desde aquellos primeros proyectos el recrecido de grúas se ha convertido en una modificación muy común, ya que es la forma más rápida de adaptar la capacidad al continuo gigantismo de los buques y permite obtener mayor rentabilidad a los activos disponibles, dotándolas de mayor altura y alcance.
El proceso de recrecido de grúas se gestó por primera vez en los años 90 y se desarrolla a partir del año 2000 debido a la necesidad de mejorar la competitividad en las terminales de contenedores. Las grúas existentes no eran suficientemente grandes ni tenían la capacidad requerida para este tipo de megabuques. En los puertos donde debían atracar estos barcos se procedió a adquirir nuevas grúas adecuadas a las nuevas necesidades o realizar cambios en su estructura para poder seguir siendo funcionales.
Complejidad
La obra de recrecido incluye diferentes disciplinas y conlleva una gran complejidad. Los trabajos de ingeniería que Zeuko realiza para acometer el recrecido abordan todas las fases del proyecto. Este se basa principalmente en desmontar la grúa por la base, proceder seguidamente a su izado e implementar los suplementos necesarios para su aumento de altura.
Del mismo modo, se alarga la estructura de la pluma con la finalidad de mejorar su alcance en manga del buque. A la complejidad del trabajo se le añaden las dimensiones de estas estructuras y su peso, que imposibilita su acometimiento de una sola pieza.
Subcontratación
Según Calixto Fernández, CEO de Zeuko y participante en aquel primer recrecido hace 20 años, gracias a este tipo de trabajos estas grandes estructuras “pueden tener una vida útil que puede llegar a los 50 años; mucho más allá de la previsión inicial”. Según Fernández, actualmente no es sencillo encontrar una compañía que aglutine todos los oficios implicados para realizar recrecidos, por lo que “la subcontratación de diferentes capítulos es una opción cada vez más interesante”.
Después de dos décadas realizando este tipo de proyectos Zeuko acumula un conocimiento que le aporta diferenciación en su sector. “Somos una de las tres o cuatro empresas capaces de hacer este tipo de trabajos a nivel mundial, y la única empresa vasca y española”, puntualiza Fernández.